Abrirá Wikileaks nueva etapa del periodismo?

13/12/2010
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Las revelaciones de los llamados cables diplomáticos de Estados Unidos causaron tal berrinche es las esferas de gobierno de ese país, que terminaron involucrándose en una barata intriga de carácter sexual, lo que unido al nivel de los informes divulgados explica, desde otro ángulo, las múltiples razones de la pérdida de hegemonía, realidad que no terminan de digerir.
 
En paralelo, en sectores periodísticos se ha abierto una discusión en torno a si este episodio abre las puertas a una renovación del periodismo, considerándolo más allá de los canales que se utilicen para informar, apuntando a un cambio y a un debate de fondo.
 
El asunto es, como ya lo dijimos, el derecho a la información y sobre esto se han hecho planteamientos  diversos desde las revelaciones d Wikileaks. Lo que se discute es qué deben saber los ciudadanos, e incluso cuándo lo deben saber, lo que implica desde ya que hay quienes se arrogan derechos que nadie les ha otorgado porque conllevan la censura.
 
Se ha sostenido que las revelaciones hechas ponen en peligro la vida de muchas personas, eso es relativo y depende de cuál sea la función de cada uno y de cómo la ejerza. Los diplomáticos tienen una esfera de acción y los espías otra, mientras que los informantes voluntarios, pero que  buscan alguna ganancia, tienen que asumir sus riesgos.
 
Resulta interesante reproducir el comentario del presidente ruso Dimitri Medvedev cuando se dieron a conocer estos documentos que, entre otras cosas, señalan que él carece de poder en su país.
 
“Esas revelaciones —dijo— son instructivas y muestran al mundo entero el cinismo de los enfoques y razonamientos que predominan en la política extranjera de diferentes Estados, en este caso, hago referencia a Estados Unidos de Norteamérica”.
 
Los medios
 
El impacto causado por los documentos dados a conocer ha significado que algunas organizaciones que no se han distinguido por defender la libertad de prensa, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) hayan emitido ahora declaraciones en ese sentido.
 
La SIP exhortó al gobierno estadunidense “a cesar cualquier estrategia política, legal o en el ciberespacio que limite la libertad de expresión en Internet” y “deploró” los ataques y amenazas a Wikileaks y a su director Julian Assange.
 
El presidente de la SIP, Gonzalo Marroquín, fue más allá y condenó la creación de nuevas formas legales para suprimir ese sitio de Internet y las “presiones políticas” contra  empresas privadas de Internet para que lo supriman.
 
Las razones de la SIP quedaron claras en otros acápites de su declaración, temen que de esto surjan legislaciones que limiten la libertad de expresión en Internet, lo que limitaría también los negocios de sus miembros y pidieron “sabiduría y prudencia” a Estados Unidos y demás gobiernos.
 
Reporteros Sin Frontera, organización de periodistas a la que se ha señalado como vinculada a organismos estadunidenses, también salió en defensa de Wikileaks, afirmando que los documentos entregados son “una información de interés público y no violan la ley” porque concierne al derecho de acceso a la información de todo ciudadano, según estimó el director de publicaciones de la organización.
 
Otros medios invitaron a periodistas a analizar el caso y ahí se produjeron cosas curiosas. Mientras unos señalaban que Wikileaks no es un medio periodístico sino que entrega información, otros  apuntaban que el sitio sí apela al derecho a la información y no faltó quien dijera que ningún medio debe atacar a un gobierno y que Wikileaks debilita y ataca a Estados Unidos.
 
Mientras esto se debatía, Estados Unidos instruía a las agencias federales para que le advirtieran a los empleados que no accedieran a Wikileaks, porque sus revelaciones habían causado daño a la seguridad nacional de ese país y se les advertía que todos están obligados a proteger la información clasificada.
 
La biblioteca del Congreso bloqueó a Wikileaks en sus computadoras y un empresario privado bloqueó el acceso de sus empleados a cualquier sitio de Internet que incluyera noticias sobre Wikileaks.
 
El desafío del cambio
 
Lo señalado hasta aquí muestra diversas posiciones, que tienen que ver con los intereses de grupos y también de personas, como es el caso de lo que escuchamos a algunos periodistas. A esto cabe agregar los planes del Pentágono que tiene un proyecto para controlar las comunicaciones por Internet, como se ha señalado desde hace tiempo. La razón es la misma del ataque a Wikileaks, se trata de un medio de  comunicación más efectivo y  movilizador que los periódicos, las radios y la televisión, porque es personalizado.
 
En entrevista con un diario sudamericano, Carlos Sánchez Almeida, columnista del diario español El Mundo, sostuvo que “a partir de ahora hay una nueva forma de hacer periodismo, mucho más seria, más profunda y de investigación. Está en marcha un proceso tecnológicamente imparable. Ahora es Wikileaks pero pasado mañana será otra web. Aunque se le corte mañana la cabeza a Julian Assange surgirán 20 Julian Assange más…”
 
En esta perspectiva, parece exótico el juicio contra Assange por si usó o no condón en sus relaciones sexuales con las dos mujeres que lo acusan de violación, apelando a una disposición legal sueca que busca proteger a las víctimas de ese abuso, estableciendo que la relación debe ser consensuada y el condón es parte del consenso.
 
https://www.alainet.org/de/node/146198
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