La política exterior del neo pinochetismo aspira a entorpecer los procesos políticos latinoamericanos que buscan un reencuentro con las raíces populares contrario a los intereses estadounidenses y a diseñar fórmulas para contrarrestar la influencia continental de los gobiernos progresistas de Bolivia, Venezuela, Ecuador, Cuba y Nicaragua, entre otros.

 

 

El mismo día de la primera vuelta (13 de diciembre) el candidato del “pinochetismo sin Pinochet” Sebastián Piñera se reunió con la cúpula de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA), que preside el neo-pinochetista UDI Jovino Novoa, presidente del Senado de Chile. La internacional celebró un cónclave en Santiago y actuó como "observadora" en los comicios, pero se espera un verdadero torrente de “veedores” UPLA para la segunda vuelta del 17 de enero, y un contingente de aprendices del discurso demagógico-populista del neo-pinochetismo criollo reciclado en la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN). Además de la amistad y apoyo del gobernante de Colombia Álvaro Uribe, el millonario dueño de LAN, Chile Visión y el Colo-colo tiene cercanía con el ex mandatario español José María Aznar, admirador de Franco reciclado en el Partido Popular.

    

La UPLA, disputando la misma clientela reaccionaria de la Organización Demócrata Cristiana (ODCA), trasladó a Chile a figuras derechistas como Armando Calderón Sol, ex jefe de estado de El Salvador (1994-1999) y presidente honorario de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el partido de extrema derecha derrotado en los comicios que en marzo de 2009 eligieron a Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Al encuentro asistió, además, Azalia Avilés, vicepresidenta de la UPLA y dirigenta del Partido Conservador de Nicaragua.

 

 También participó discretamente el ex alcalde de Río de Janeiro César Maia, un prospecto de la derecha brasilera más conservadora, que tuvo un pasado como militante del Partido Comunista Brasilero (PCB) en los años 60 y cuyo historial tránsfuga evoca la trayectoria de Carlos Lacerda, el gobernador del estado Guanabara (Río de Janeiro) que en 1960-1965 impuso el exterminio físico de los mendigos cariocas. Maia vivió en Chile en los años 60 como exiliado de la dictadura militar que derribó a Joao Goulart (1961-1964), al igual que el ex presidente social demócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).

 

Maia hoy es figura relevante del derechista partido Demócratas de Brasil (DEM), una tienda corroída por la corrupción que debió cambiar su anterior nombre de Partido Frente Liberal. Los cambios de marca son una constante en el partido de Maia, quien perdió la alcaldía de Río después de manejarla -directa o indirectamente- durante 16 años.

 

 DEM: arquetipo de Partido UPLA

 

El expediente del partido de Maia muestra cómo los partidarios de las dictaduras se reciclan en “el juego democrático”, imitando la conversión del franquismo español en Partido Popular, la tienda de Aznar, e ilustra la mutación democrática del pinochetismo chileno en dos partidos hermanos pero con ciertas rivalidades menores, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), la tienda de Sebastián Piñera.

 

 A comienzos de diciembre de 2009, el gobernador DEM del Distrito Federal de Brasilia, José Roberto Arruda, se desafilió del partido acusado de corrupción. La tienda perdió el único cargo de elección popular que conservaba, pues en la alcaldía de Sao Paulo fue reelegido en 2008 su afiliado Paulo Gilberto Kassab, pero el control real del municipio gigante lo ejercen sus aliados del Partido Social Democracia de Brasil, o sea, la tienda de Cardoso.

 

 El partido de Maia nació en 1966 como Alianza Renovadora Nacional (Arena), premonitoriamente casi idéntico al de Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el partido de derecha que gobernó 20 años en El Salvador (1989-2009), fundado en los años 80 por Roberto d'Aubuisson, jefe de escuadrones de la muerte. Hoy la tienda está en crisis por la derrota electoral y la expulsión del ex presidente Elías Antonio Saca, acusado de facilitar la victoria de Funes en las recientes elecciones.

 

Al amparo del bipartidismo militar -similar al legado por Pinochet-, Arena de Brasil asumió la representación de la derecha subordinada a los generales y en 1970 llegó a proclamarse "el mayor partido político de occidente", con más de 70% ciento de los diputados y 41 de 44 bancas de senadores disputadas ese año. En la siguiente “transición hacia la democracia” (1980-1985) y para que la gente olvidara que colaboró con la dictadura militar –y los jóvenes quedaran definitivamente en la ignorancia–, pasó a llamarse Partido Demócrata Social (PDS), que suena parecido a Partido Social Democracia, la tienda del ex presidente Cardoso.

 

En 1985 participó en la elección indirecta del presidente Tancredo Neves, pero esta vez contra el deseo de los militares, y cambió de nuevo su nombre a Partido del Frente Liberal (PFL), que colaboró con los gobiernos de José Sarney, Fernando Collor e Itamar Franco y fue el principal aliado de los socialdemócratas tras la elección de Cardoso en 1994, en cuyo gobierno ocupó la vicepresidencia a través de Marco Maciel.

 

La derrota socialdemócrata de 2002 arrastró al aliado que perdió así la oportunidad de asociarse al poder emergente representado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Encogido y desteñido, el PFL perdió sus figuras más conocidas como el ex senador y ex gobernador de Bahía Antonio Carlos Magalhaes, y en 2007 adoptó el nombre más “moderno” de Democráticos (DEM). (1)

 

 Junto con la alcaldía carioca, César Maia perdió su prestigio político en la elección de 2008, pero se apresta a disputar un cargo de senador por Río de Janeiro en las parlamentarias y presidenciales de octubre 2010, con pocas posibilidades, según las encuestas. Sin embargo, no pierde el optimismo: “Volveremos a disputar la hegemonía en el Senado, a partir de una bancada de por lo menos 13 senadores, y ampliaremos nuestra representación en la Cámara, donde llegaremos a los 70 diputados”, afirmó.

 

En octubre también se disputa la presidencia de Brasil. La derecha lleva como candidato al actual gobernador del estado de Sao Paulo, José Serra, del Partido de Social Democracia. Como ha ocurrido en Chile con Michelle Bachelet y Eduardo Frei, Lula no ha podido transferir su 80% de aceptación a su propia candidata, Dilma Rousseff, secretaria general de su gobierno, quien garantizaría la continuidad del gobierno.

 

 

 La UPLA, que disputa la clientela ODCA del mismo mercado en un continente sin ninguna internacional de izquierda, reúne escasamente a una veintena de organizaciones como miembros efectivos u observadores. Por ejemplo, en Argentina tiene como “observadores” a la Unión del Centro Democrático (UCEDE) y Recrear Para El Crecimiento (RECREAR).

 

 En Bolivia tiene afiliada a Acción Democrática Nacionalista (ADN), el partido del antiguo dictador Hugo Banzer; en Canadá, al Partido Conservador; en Chile, a la Unión Demócrata Independiente (UDI) y a Renovación Nacional (RN), las dos tiendas del “pinochetismo sin Pinochet”; en Colombia, al Partido Conservador; en Ecuador, al Partido Social Cristiano; en El Salvador, a la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA); en Guatemala, al Partido Unionista (PU) y al Partido de Avanzada Nacional (PAN); en Honduras, al Partido Nacional (PNH); en Nicaragua, al Partido Conservador; en Panamá, al Partido Panameñista 1939-2008; en Paraguay, al MDR (Movimiento de Dignidad Republicana, Partido Colorado); en Perú, al Partido Popular Cristiano (PPC); en República Dominicana, al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y a la Fuerza Nacional Progresista (FNP); y en el país de Hugo Chávez, a Proyecto Venezuela.

 

El DEM de Brasil está en proceso de afiliación, al igual que un partido derechista de Uruguay, todavía no identificado en su página web. Hasta hace pocas semanas figuraba también el Partido Integración Nacional de Costa Rica, pero desapareció misteriosamente del listado. Entretanto, el Partido Panameñista está en una suerte de limbo, pues el sitio web UPLA.net no indica si está afiliado o es un mero observador: sólo aparece el nombre de su líder -¿o dueño?-, el empresario Juan Carlos Varela, actual Vicepresidente de Ricardo Martinelli (del Partido Cambio Democrático). Quizás, maliciosamente, en la identificación del Partido Social Cristiano de Ecuador utilizaron una imagen muy parecida a un Rafael Correa bastante joven y del tamaño de una estampilla (2).

 

La UPLA encarna un “eje internacional del mal” conectado directamente a Washington. Entretanto, la inclinación pragmática por el “mal menor” -Eduardo Frei- cala hondo en la izquierda chilena y hace cobrar vigencia a la célebre frase de Christhopher Morley recordada por la revista Punto Final: “En política siempre debemos optar entre dos males”.

 

- Ernesto Carmona, periodista y escritor chileno

 

Notas:

1) Ver http://spanish.peopledaily.com.cn/31617/6841708.html

2) Ver http://upla.net/