EU, Rusia y el tratado START

04/12/2009
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El próximo 5 de diciembre, el Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas (START) entre Estados Unidos y Rusia, caducará. En el momento de escribir estas líneas, los grupos negociadores de ambas naciones trabajan arduamente para concluir el tratado que lo sustituirá, y que a todas luces es crucial para la seguridad internacional.
 
El tratado START fue negociado hace 18 años, y su finalidad es limitar el número de armas nucleares estratégicas en posesión de las dos potencias. Cabe destacar que a lo largo de ese tiempo han sido los estadunidenses quienes más obstáculos han puesto a los recortes en el arsenal nuclear de su país, debido a los desacuerdos imperantes en torno a la defensa anti-misiles. Así, en lugar de tratados como el START II y el START III, los líderes de la Unión Americana y Rusia suscribieron el Tratado sobre la Reducción de Armas Ofensivas Estratégicas (SORT) en 2002, el cual compromete a las partes a contar con no más de 2,200 armas estratégicas desplegadas hacia el 2012.
 
Pese a la importancia del tratado SORT, se trata de un instrumento muy endeble, toda vez que no establece límites a los sistemas que portan armas nucleares (submarinos o bombarderos, por ejemplo), como tampoco obliga a su destrucción. Por lo tanto, las armas nucleares serían guardadas y podrían estar almacenadas por años, para luego ser emplazadas de nueva cuenta. Lo que es peor: el SORT carece de mecanismos de verificación, depositando esta tarea en el tratado START.
 
Algunos guerreros fríos en Washington, pretenden vincular la suscripción de un nuevo tratado START a la modernización del arsenal nuclear de Estados Unidos, algo, a todas luces, innecesario e irrisorio, considerando que las armas nucleares en posesión del vecino país del norte son confiables, están en buenas condiciones y según un informe de expertos dado a conocer recientemente, pueden mantener ese perfil por décadas, amén de ahorrarle a la Unión Americana varios miles de millones de dólares.
 
 La verdadera razón por la que en el momento actual Estados Unidos y Rusia mantienen un despliegue de miles de armas nucleares, es, simplemente, para la disuasión mutua en torno a su no uso –es paradójico tener arsenales que no se van a usar, pero esa es la lógica. De ahí que tanto el Presidente estadunidense Barack Obama como su contraparte rusa, Dmitri Medvedev, entiendan la importancia de dar un paso más concreto en la disminución de sus respectivos arsenales, dado que si aún se mantiene el espíritu del tratado SORT, las 2,200 armas nucleares en poder de cada potencia, de todas maneras pueden hacer volar al mundo en pedazos varios cientos de veces. Un buen indicio de las intenciones de Obama y Medvedev es el anuncio conjunto que hicieron el 1° de julio pasado, al indicar que las reducciones que buscarían concretar, estarían dejando sus stocks con una cifra que oscilaría entre 1,500 y 1,675 armas nucleares, esto es, una reducción del 30% respecto al arsenal existente.
 
En esa misma oportunidad, los dos mandatarios indicaron que están de acuerdo en reducir los vehículos que sirven para transportar y lanzar sus armas nucleares, incluyendo bombarderos de largo alcance y submarinos, así como las instalaciones en tierra para los mismos fines. Al concluir un acuerdo sucesorio del casi extinto START, Estados Unidos y Rusia estarían nuevamente incorporando mecanismos de verificación y monitoreo, esenciales para crear un clima de cooperación y confianza entre ambas naciones. Asimismo, el nuevo START podría servir para que el próximo año EU y la URSS se reúnan, con más calma, a explorar otras iniciativas conjuntas en materia de desnuclearización, pensando, en particular, en el advenimiento de la conferencia revisora del Tratado de No-Proliferación de Armas Nucleares que tendrá verificativo en mayo de 2010.
 
Barack Obama recibirá el Premio Nobel de la Paz en Oslo el próximo 10 de diciembre. Sería terrible, para su estatura internacional y credibilidad, que su país no negociara satisfactoriamente con Rusia, el nuevo tratado START, sobre todo porque Moscú ha mostrado la voluntad de seguir adelante con este proceso, que podría ayudar no a crear un mundo libre de armas nucleares, pero sí un mundo con menos -e innecesarias- armas nucleares.
 
- María Cristina Rosas es Profesora e investigadora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
 
etcétera, 4 de diciembre, 2009
 
https://www.alainet.org/de/node/138191?language=en
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