Crisis contra crisis
14/10/2008
- Opinión
Mientras asistimos al salvamiento de la economía prestamista muchos seres humanos en el medio rural siguen luchando en su crisis diaria y permanente. Mientras los primeros cuentan con el apoyo de los estados, los bancos centrales y quien sabe si algún tele maratón, los segundos juntan voces, se toman las manos y ponen su energía para proponer alternativas al dogma capitalista.
No sabemos cómo evolucionará la crisis financiera, pero si tenemos las proyecciones de la FAO y la OCDE señalando con claridad que la escalada del precio de los alimentos convivirá con nosotros al menos la próxima década. Que se han acabado los días del alimento barato. Sí para la crisis financiera los gobiernos están ideando soluciones, los movimientos campesinos exponen propuestas para impulsar políticas orientadas a la reactivación del campo, a acercarnos a una deseable soberanía alimentaria. Serían muy convenientes políticas que centren la atención no en la producción intensiva y masiva de alimentos, sino en la producción de alimentos con mayor presencia de mano de obra generando más empleos, llevando vida al medio rural, relocalizando la agricultura. Que apunten a nuevos esquemas empresariales favoreciendo los modelos cooperativistas, de responsabilidad y ganancias compartidas equitativamente. Políticas que impulsen la formación e investigación agraria a la luz de una visión agroecológica. Que promuevan estos modelos productivos alternativos, basados en la proximidad y en la estacionalidad, adaptados al entorno y que recuperen hábitos del consumo alimentario mediterráneo. Medidas que sitúen en el centro de estas políticas la importancia de la profesión agraria y dedicación al campo, asegurando unas condiciones de vida adecuadas a los y las campesinas que nos alimentan, con el valor añadido de que al no entrar en competencia con las agriculturas de los países empobrecidos del sur, se hace real y más sencillo el propio desarrollo de las comunidades campesinas del Sur.
De la crisis dicen nacen oportunidades, siempre y cuando exista voluntad para ello. Pero seguimos conviviendo -sobre la misma tierra- ciudadanos y ciudadanas de diferentes categorías. La pobreza de unos no es igual que la pobreza de otros, los derechos de unos no son iguales a los de otros, y ni tan siquiera las crisis de unos son afrontadas como las crisis de los otros.
No sabemos cómo evolucionará la crisis financiera, pero si tenemos las proyecciones de la FAO y la OCDE señalando con claridad que la escalada del precio de los alimentos convivirá con nosotros al menos la próxima década. Que se han acabado los días del alimento barato. Sí para la crisis financiera los gobiernos están ideando soluciones, los movimientos campesinos exponen propuestas para impulsar políticas orientadas a la reactivación del campo, a acercarnos a una deseable soberanía alimentaria. Serían muy convenientes políticas que centren la atención no en la producción intensiva y masiva de alimentos, sino en la producción de alimentos con mayor presencia de mano de obra generando más empleos, llevando vida al medio rural, relocalizando la agricultura. Que apunten a nuevos esquemas empresariales favoreciendo los modelos cooperativistas, de responsabilidad y ganancias compartidas equitativamente. Políticas que impulsen la formación e investigación agraria a la luz de una visión agroecológica. Que promuevan estos modelos productivos alternativos, basados en la proximidad y en la estacionalidad, adaptados al entorno y que recuperen hábitos del consumo alimentario mediterráneo. Medidas que sitúen en el centro de estas políticas la importancia de la profesión agraria y dedicación al campo, asegurando unas condiciones de vida adecuadas a los y las campesinas que nos alimentan, con el valor añadido de que al no entrar en competencia con las agriculturas de los países empobrecidos del sur, se hace real y más sencillo el propio desarrollo de las comunidades campesinas del Sur.
De la crisis dicen nacen oportunidades, siempre y cuando exista voluntad para ello. Pero seguimos conviviendo -sobre la misma tierra- ciudadanos y ciudadanas de diferentes categorías. La pobreza de unos no es igual que la pobreza de otros, los derechos de unos no son iguales a los de otros, y ni tan siquiera las crisis de unos son afrontadas como las crisis de los otros.
- Gustavo Duch Guillot es director de Veterinarios sin Fronteras (España)
http://www.veterinariossinfronteras.org
https://www.alainet.org/de/node/130261?language=es
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