Obama: El sueño americano siglo XXI

28/08/2008
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Hay momentos de la historia en que un “ahora” cristaliza un “otrora”, de algún modo, el pasado se hace presente, evidenciando que los sueños y anhelos humanos más profundos nunca perecen. A 45 años del mítico discurso de Martin Luther King, “Tengo un sueño”, y al igual que John F. Kennedy, que aceptó su candidatura fuera del espacio de la Convención Demócrata, Barack Obama ha sido nominado como el candidato del Partido Demócrata a la Casa Blanca en una histórica noche de agosto.

Obama ha actualizado el “sueño americano” y lo ha hecho con dos armas formidables. Un genuino reclamo moral frente a los extravíos de la actual administración y el uso inteligente de las nuevas tecnologías de comunicación e información digitales. La filosofía moral que anima el discurso reformista del candidato afro americano es una acusación directa a los excesos neoconservadores en materias domésticas e internacionales.

Sin embargo, este discurso sólo es efectivo en cuanto se transmite a millones de manera seductora. El alto impacto ha sido posible debido a la hábil utilización de las nuevas tecnologías que están reinventando las estrategias de comunicación política. La candidatura de Obama es la primera experiencia mundial de una campaña “podcast” en la era de la “hiperindustria cultural”, frente a las tradicionales campañas verticales de tipo “broadcast”. De hecho, hagamos notar que la investidura de Barack Obama como candidato oficial de su partido se escenificó en horario estelar para la televisión estadounidense y mundial, en vivo y en directo.

La restitución del “sueño americano” debe entenderse, esta vez, ya no como algo reservado a los anglosajones sino como un “modo de vida” inclusivo y multicultural. La fuerza de Barack Obama radica, precisamente, en concebir los Estados Unidos como una nación diversa, diversidad que él mismo encarna. Frente a un discurso tal, la figura tradicional de su oponente aparece como “provinciana”.

En la arena internacional, la candidatura de Obama posee una trascendencia política que se hará sentir en todo el globo. Su discurso apunta a una renovación ética de la sociedad burguesa más avanzada del planeta, poniendo fin a la era neoconservadora inaugurada en los ochenta por Thatcher y Reagan. En este sentido, no parece exagerado habla de una segunda Revolución Americana, en cuanto reinvención del ethos democrático liberal en los albores del siglo XXI.

La Unión Americana enfrenta, en lo doméstico, una pauperización de amplios sectores sociales en las grandes urbes; un deterioro importante de sus políticas sociales en salud, educación y vivienda. Todo ello de la mano de una amenazante crisis económica derivada del errático “capitalismo casino”, la inestabilidad del mercado de los combustibles y los altos costos de una guerra incierta en el Golfo Pérsico. En lo internacional, es claro que la política estadounidense no puede exhibir grandes logros: hay una pérdida de liderazgo en cuestiones cruciales como políticas medioambientales, biotecnologías, alta tecnología digital. La presencia de los Estados Unidos en el mundo ha dejado de ser optimista y esperanzadora, convirtiéndose, en los hechos, en una amenaza a la paz mundial. La herencia de los neoconservadores, en particular del último periodo de Bush, no podría ser más desalentadora.

El ocaso de la era neoliberal en Estados Unidos debiera interesar, de manera especial, a sus epígonos chilenos. Los nuevos vientos que se anuncian en Washington para el próximo año debieran incorporarse a la agenda de la cancillería, tomando más en serio una serie de “temas olvidados”. Pareciera que la nueva orientación en la Casa Blanca pondrá de moda una palabra borrada hace años de la agenda política de los gobiernos locales: Ética cívica.

Barack Obama es, sin duda, el fenómeno político más interesante en Norteamérica desde la nominación del joven John Kennedy. Sospechamos que sus adherentes tienen razón cuando afirman que la figura de su candidato se encuentra en el lado correcto de la historia. La conclusión es clara: Barack Obama será el próximo Presidente de los Estados Unidos de América.

Álvaro Cuadra
Investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados ELAP.
ARENA PÚBLICA, Plataforma de opinión de Universidad ARCIS (Chile).

https://www.alainet.org/de/node/129399?language=es
America Latina en Movimiento - RSS abonnieren