La universidad de la tercera edad
13/12/2007
- Opinión
México que se encamina indefectiblemente a ser un país de la tercera edad, al registrarse por muchas razones un cambio sustancial en la pirámide poblacional, tendrá también forzosamente que cambiar sus tradicionales políticas asistenciales y de protección burocrática que sólo privilegian la recreación y no enfrentan la problemática prioritaria, como vivienda, trabajo y salud.
Ante esta realidad, es de reconocerse la labor y la visión a futuro del jefe delegacional en Benito Juárez del Distrito Federal, Germán de la Garza Estrada, quien nos ha dado en exclusiva en nuestro espacio noticioso de Radio Formula, la inminente creación de la Universidad de la Tercera Edad.
Ante tal decisión de gobierno, es de recordarse, que la mayoría de los ancianos, al igual que los jóvenes y los adultos, tienen coraje y disposición para continuar o acceder a los ámbitos productivos.
Enfermos y discapacitados existen en todas las edades, política errónea ha sido la de marginar a la gente mayor de las fuentes de empleo y de los sistemas de enseñanza y capacitación cuando en ellos radica lo más valioso: la experiencia, que aunada a un esfuerzo menor los puede actualizar en todas las disciplinas laborales.
El futuro del envejecimiento poblacional, insistimos, es una realidad en nuestro país. Precisemos: en el año 2000 en México se contabilizaban 5.5 millones de adultos mayores; en el 2005, se incrementó a 7 por ciento, lo que equivale a 7 millones aproximadamente; para el 2020, se estima que habrá 15.6 millones de personas adultas mayores y para el 2050, llegará hasta 41 millones. Nuestra nación habrá revertido el fenómeno de un país de jóvenes por un país de adultos mayores.
El antecedente nacional lo encontramos en la Universidad del Valle de Orizaba, Veracruz, casa de estudios superiores que ofrece la licenciatura a personas de 55 años de edad en adelante, inclusive la directora general del DIF Nacional, Ana Rosa Payán, firmó un convenio de colaboración con el rector de la misma, Roberto López Arano, para apoyar lo que han llamado “universidad de la tercera edad”, a fin de contribuir a “la cultura de un envejecimiento activo y saludable”.
Lo trascendente del proyecto del jefe delegacional, Germán de la Garza Estrada, es su compromiso de erigir la Universidad de la Tercera Edad, como tal, no una extensión de estudios de un centro de educación superior, lo cual también es plausible, sin embargo lo nuevo es que por primera vez en México se contará con un a casa de estudios superiores para adultos mayores donde se lleven al cabo acciones conjuntas de atención integral en el desarrollo de actividades de investigación, científicas y culturales. Existen antecedentes altamente exitosos en Argentina, Chile y República Dominicana.
Efectivamente, México hace 40 años éramos un país de jóvenes, ahora estamos en camino sin reversa de ser una nación de la tercera edad. Esto estará consumado en el 2050, cuando la población llegue a la cifra de 132 millones de habitante y uno de cada cuatro formará parte de la tercera edad.
Ante este transcurrir biológico poblacional irreversible y para el futuro a corto, mediano y largo plazo, es deber gubernamental preparar a la nación, para enfrentar el reto. Sería irreflexivo y auto flagelante continuar con el absurdo de someter a los ancianos a un lúmpen ocioso y de carga permanente. Los ancianos, el capital valioso de la experiencia, están prestos a continuar o acceder a los planos productivos.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.
Ante esta realidad, es de reconocerse la labor y la visión a futuro del jefe delegacional en Benito Juárez del Distrito Federal, Germán de la Garza Estrada, quien nos ha dado en exclusiva en nuestro espacio noticioso de Radio Formula, la inminente creación de la Universidad de la Tercera Edad.
Ante tal decisión de gobierno, es de recordarse, que la mayoría de los ancianos, al igual que los jóvenes y los adultos, tienen coraje y disposición para continuar o acceder a los ámbitos productivos.
Enfermos y discapacitados existen en todas las edades, política errónea ha sido la de marginar a la gente mayor de las fuentes de empleo y de los sistemas de enseñanza y capacitación cuando en ellos radica lo más valioso: la experiencia, que aunada a un esfuerzo menor los puede actualizar en todas las disciplinas laborales.
El futuro del envejecimiento poblacional, insistimos, es una realidad en nuestro país. Precisemos: en el año 2000 en México se contabilizaban 5.5 millones de adultos mayores; en el 2005, se incrementó a 7 por ciento, lo que equivale a 7 millones aproximadamente; para el 2020, se estima que habrá 15.6 millones de personas adultas mayores y para el 2050, llegará hasta 41 millones. Nuestra nación habrá revertido el fenómeno de un país de jóvenes por un país de adultos mayores.
El antecedente nacional lo encontramos en la Universidad del Valle de Orizaba, Veracruz, casa de estudios superiores que ofrece la licenciatura a personas de 55 años de edad en adelante, inclusive la directora general del DIF Nacional, Ana Rosa Payán, firmó un convenio de colaboración con el rector de la misma, Roberto López Arano, para apoyar lo que han llamado “universidad de la tercera edad”, a fin de contribuir a “la cultura de un envejecimiento activo y saludable”.
Lo trascendente del proyecto del jefe delegacional, Germán de la Garza Estrada, es su compromiso de erigir la Universidad de la Tercera Edad, como tal, no una extensión de estudios de un centro de educación superior, lo cual también es plausible, sin embargo lo nuevo es que por primera vez en México se contará con un a casa de estudios superiores para adultos mayores donde se lleven al cabo acciones conjuntas de atención integral en el desarrollo de actividades de investigación, científicas y culturales. Existen antecedentes altamente exitosos en Argentina, Chile y República Dominicana.
Efectivamente, México hace 40 años éramos un país de jóvenes, ahora estamos en camino sin reversa de ser una nación de la tercera edad. Esto estará consumado en el 2050, cuando la población llegue a la cifra de 132 millones de habitante y uno de cada cuatro formará parte de la tercera edad.
Ante este transcurrir biológico poblacional irreversible y para el futuro a corto, mediano y largo plazo, es deber gubernamental preparar a la nación, para enfrentar el reto. Sería irreflexivo y auto flagelante continuar con el absurdo de someter a los ancianos a un lúmpen ocioso y de carga permanente. Los ancianos, el capital valioso de la experiencia, están prestos a continuar o acceder a los planos productivos.
- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.
https://www.alainet.org/de/node/124730?language=es
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