Círculo vicioso y viciado
30/01/2007
- Opinión
Todo indica que la sociedad dominicana está patinando en un círculo vicioso, cada vez más viciado y perverso.
Un estado delincuente, cada vez más delincuente.
Un gobierno corrupto y corruptor, cada vez peor.
Instituciones infuncionales, integradas por funcionarios mediocres, propensos a las fechorías.
Medios de comunicación-con raras, limitadas y circunstanciales excepciones- repletos del reflejo acrítico de esa realidad, llenos de informaciones superficiales y fatuas, de mentiras, medias verdades, análisis complacientes, frivolidades, racismo, omisiones de graves inconductas, exaltaciones de todo aquello que reproduce la podredumbre, que empantana al país, que recicla la recolonización imperialista y la oligarquía dominante, espejo del discurso único y la globalización neoliberal empobrecedora y depredadora.
Políticos que no son tales, sino negociantes y engañadores profesionales de la peor ralea.
Partidos secuestrados por partidocracias insensibles, oportunistas, simuladoras.
Presidentes convertidos en gobernadores de colonia, sumisos a la globalización neoliberal y a los halcones de Washington.
Gobernadores de colonia y negociantes de la política impregnados de la cultura clientelistas, del discurso vacío y vacuo, y de las prácticas reeleccionistas balaguerianas.
Precandidatos y candidatos convergentes en las peores prácticas, cargados de ambiciones infecundas, de hipocresía descarada, doble moral, doble lenguaje.
Impunidad potenciada. Empobrecimiento creciente. Contaminación a millón.
Privatizaciones a granel, aunque ellas siembren el país de apagones caros, de estafas, de privaciones, de ignorancia e insalubridad, de pensionados sin pensiones, de niños y niñas hambrientos, de prostitución, de delincuencia de todas las calañas.
Represión, autoritarismo, conservadurismo, machismo, adulto-centrismo…Estafas bancarias multimillonarias cargadas sobre los estómagos del pueblo. Carta abierta al intervencionismo estadounidense en todos los planos: económico, político, militar, cultural.
Corruptos relevados por corruptos. Promesas de austeridad para seguir dilapidando. Consultas y diálogo para hacer después lo que le da la gana.
Sucesión de paquetazos fiscales, todos destinados a deteriorar el poder de compra del pueblo y a engordar arcas oficiales al servicio de la corrupción y los privilegios.
Endeudamiento externo creciente y oneroso. Préstamos para pagar préstamos, robar, derrochar, empeñar el presupuesto nacional.
Campañas electorales degradas, costosas, inservibles. Sobornos de todo tipo. ONGs y fundaciones montadas para enriquecer a sus gestores y reciclar la porquería.
Jerarcas católicos que sirven de árbitros en las competencias y peleas de escorias contra escorias. Que para “salvar sus alma”, de vez en cuando y de cuando en vez, lanzan pastorales combatiendo una corrupción, denunciando una pobreza, analizando una crisis que nunca en sus decir tienen causas ni responsables.
Grandes empresarios manipulando sus organizaciones corporativas, rodeados de lujos faraónicos y criticando con energía los gastos superfluos del estado.
De nuevo candidaturas a granel, convenciones transformadas en mercados, competencias encendidas (a papeletazos sucios) entre los muy malos y los peores. De nuevo la reelección y su impronta corruptora.
Y los movimientos sociales y organizaciones populares disgregadas, dispersas, desunidas. Sindicatos convertidos en empresas. Dirigentes sin bases.
Una gran parte de la izquierda partidista estancada, anquilosada, reproduciendo los mismos errores del pasado, abordando lo electoral de la peor manera, sembrando desesperanza, postulando desde sus capillas, llamando a los neoliberales a combatir el neoliberalismo para aliarse a ellos, sumando debilidades, hablando de unidad desuniendo, cada vez peor
Y eso a pesar de las lecciones positivas que arrojan procesos como el venezolano, boliviano, ecuatoriano…A pesar de que una parte significativa del pueblo es de izquierda y otra quiere serlo.
Perdura en no pocos de sus dirigentes la resistencia a lo nuevo, aunque se nota que una parte grande de sociedad aspira a otra cosa; pero a la vez se siente atrapada y sin salida.
Algo audaz habrá que hacer, algo impactante habrá de pasar, que conmueva esta sociedad y le ponga fin a este círculo vicioso y viciado. Sobran las señales de decadencia de lo hoy dominante y asqueante. Solo falta que se desarrolle lo nuevo, lo que al parecer necesitará de estímulos o forceps especiales.
El dominio de la mediocridad, combinada con la perversidad, dentro de modelo neoliberal, se está agotando a escala continental. Y aquí el clima se enturbia cada vez más, aunque todavía predomine la impotencia.
Un estado delincuente, cada vez más delincuente.
Un gobierno corrupto y corruptor, cada vez peor.
Instituciones infuncionales, integradas por funcionarios mediocres, propensos a las fechorías.
Medios de comunicación-con raras, limitadas y circunstanciales excepciones- repletos del reflejo acrítico de esa realidad, llenos de informaciones superficiales y fatuas, de mentiras, medias verdades, análisis complacientes, frivolidades, racismo, omisiones de graves inconductas, exaltaciones de todo aquello que reproduce la podredumbre, que empantana al país, que recicla la recolonización imperialista y la oligarquía dominante, espejo del discurso único y la globalización neoliberal empobrecedora y depredadora.
Políticos que no son tales, sino negociantes y engañadores profesionales de la peor ralea.
Partidos secuestrados por partidocracias insensibles, oportunistas, simuladoras.
Presidentes convertidos en gobernadores de colonia, sumisos a la globalización neoliberal y a los halcones de Washington.
Gobernadores de colonia y negociantes de la política impregnados de la cultura clientelistas, del discurso vacío y vacuo, y de las prácticas reeleccionistas balaguerianas.
Precandidatos y candidatos convergentes en las peores prácticas, cargados de ambiciones infecundas, de hipocresía descarada, doble moral, doble lenguaje.
Impunidad potenciada. Empobrecimiento creciente. Contaminación a millón.
Privatizaciones a granel, aunque ellas siembren el país de apagones caros, de estafas, de privaciones, de ignorancia e insalubridad, de pensionados sin pensiones, de niños y niñas hambrientos, de prostitución, de delincuencia de todas las calañas.
Represión, autoritarismo, conservadurismo, machismo, adulto-centrismo…Estafas bancarias multimillonarias cargadas sobre los estómagos del pueblo. Carta abierta al intervencionismo estadounidense en todos los planos: económico, político, militar, cultural.
Corruptos relevados por corruptos. Promesas de austeridad para seguir dilapidando. Consultas y diálogo para hacer después lo que le da la gana.
Sucesión de paquetazos fiscales, todos destinados a deteriorar el poder de compra del pueblo y a engordar arcas oficiales al servicio de la corrupción y los privilegios.
Endeudamiento externo creciente y oneroso. Préstamos para pagar préstamos, robar, derrochar, empeñar el presupuesto nacional.
Campañas electorales degradas, costosas, inservibles. Sobornos de todo tipo. ONGs y fundaciones montadas para enriquecer a sus gestores y reciclar la porquería.
Jerarcas católicos que sirven de árbitros en las competencias y peleas de escorias contra escorias. Que para “salvar sus alma”, de vez en cuando y de cuando en vez, lanzan pastorales combatiendo una corrupción, denunciando una pobreza, analizando una crisis que nunca en sus decir tienen causas ni responsables.
Grandes empresarios manipulando sus organizaciones corporativas, rodeados de lujos faraónicos y criticando con energía los gastos superfluos del estado.
De nuevo candidaturas a granel, convenciones transformadas en mercados, competencias encendidas (a papeletazos sucios) entre los muy malos y los peores. De nuevo la reelección y su impronta corruptora.
Y los movimientos sociales y organizaciones populares disgregadas, dispersas, desunidas. Sindicatos convertidos en empresas. Dirigentes sin bases.
Una gran parte de la izquierda partidista estancada, anquilosada, reproduciendo los mismos errores del pasado, abordando lo electoral de la peor manera, sembrando desesperanza, postulando desde sus capillas, llamando a los neoliberales a combatir el neoliberalismo para aliarse a ellos, sumando debilidades, hablando de unidad desuniendo, cada vez peor
Y eso a pesar de las lecciones positivas que arrojan procesos como el venezolano, boliviano, ecuatoriano…A pesar de que una parte significativa del pueblo es de izquierda y otra quiere serlo.
Perdura en no pocos de sus dirigentes la resistencia a lo nuevo, aunque se nota que una parte grande de sociedad aspira a otra cosa; pero a la vez se siente atrapada y sin salida.
Algo audaz habrá que hacer, algo impactante habrá de pasar, que conmueva esta sociedad y le ponga fin a este círculo vicioso y viciado. Sobran las señales de decadencia de lo hoy dominante y asqueante. Solo falta que se desarrolle lo nuevo, lo que al parecer necesitará de estímulos o forceps especiales.
El dominio de la mediocridad, combinada con la perversidad, dentro de modelo neoliberal, se está agotando a escala continental. Y aquí el clima se enturbia cada vez más, aunque todavía predomine la impotencia.
https://www.alainet.org/de/node/118993?language=es
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