El fracaso, la derrota y el repudio al presidente George W. Bush quedaron de manifiesto en las marchas que protagonizaron cientos de miles de personas de todas las clases sociales que se manifestaron en contra de la guerra de ocupación en Irak, tanto frente al Capitolio en Washington como en otras 59 principales ciudades de Estados Unidos. Ni un soldado más al Oriente Medio y la terminación de la guerra de ocupación, porque fue fundamentada en mentiras, exigieron los marchistas.

La historia se vuelve cíclica cuando los gobernantes ensoberbecidos no aprenden las lecciones del pasado. Estas decenas de miles de seres humanos que protestaron contra la guerra en Irak, recordaron al mundo las mismas escenas de hace 30 años cuando la demanda, que al fin triunfó, fue el repudio a la similar de ocupación en la mártir Vietnam.

"La diferencia es que hace 30 años tomó más de seis años para que los veteranos y las familias de los militares comenzaran a hablar contra la guerra, y ahora sólo tomó tres años", señaló, precisa, la actriz Jane Fonda.

En las marchas se confundían y se entrelazaban legisladores de los dos principales partidos, Demócrata y Republicano, estrellas del cine y la televisión, líderes pacifistas y ciudadanos comunes y corrientes que exigieron a los demócratas en el Congreso que hagan valer el voto que en su favor les otorgó la ciudadanía y dejen de financiar la ocupación en Irak.

Lo anterior toma una especial dimensión. El estadounidense sabe a cabalidad el valor de su voto, a pesar de que al actual huésped de la Casa Blanca la ocupe por un proceso electoral nada serio y que cada día más analistas y el propio pueblo estadounidense lo consideran el mayor fraude electoral en la historia de la gran potencia mundial.

Constantemente se denunció en las consignas, en las mantas y carteles que entonaban y se exhibían, que más de 3 mil soldados estadounidenses han muerto desde el inicio de la invasión en 2003, y todavía, descarado y cínico, Bush quiere incrementar al decidir enviar otros 20 mil efectivos a una guerra perdida de antemano. A lo anterior debemos de agregar el fracaso en todos los órdenes del texano metido de presidente, puesto que el rechazo a su mandato se vuelve unánime. Las encuestas revelan un creciente repudio de la población a la administración Bush y su estrategia en Irak.

La senadora Hillary Clinton, que ya está en la contienda por la presidencia de su país, denunció que va a ser muy difícil "revertir el curso" de la guerra en Irak... porque tenemos pocas herramientas, y el presidente, Bush tiene un enorme poder en esa área. Advirtió: "el resto del mundo está de pie y con los brazos cruzados, como esperando a ver qué es lo que vamos a hacer" ante esta absurda guerra en Irak, expresó Hillary en Iowa, ante sus crecientes seguidores.

Además anunció que "en el Congreso ahora trataremos de tener un mensaje diferente; trataremos de demostrar al mundo que al menos algunos de nosotros sabremos qué es lo que se debe hacer" . Exacto, esa es la exigencia del pueblo estadounidense y de un mundo decepcionado ante las mentiras del poder, ante las falsedades de ese oscuro y peligroso personaje llamado George W Bush. La historia de la derrota estadounidense en Vietnam, que no quepa la menor duda, se repetirá en Irak, sino al tiempo.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.