Ecuador: Crisis institucional

24/02/2005
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Al grito de “Lucio fuera”, una marcha de alrededor de 200.000 personas recorrió el 16 de enero las calles céntricas de Quito rechazando las veleidades dictatoriales del presidente Lucio Gutiérrez.

 

La movilización fue convocada por la Asamblea de Quito que preside el alcalde de la ciudad, Gral.(r) Paco Moncayo, y recibió el respaldo de un abanico muy amplio de fuerzas, que van desde las cámaras empresariales, hasta sindicatos, ONGs y organizaciones barriales, pasando por el socialdemócrata partido Izquierda Democrática y el Movimiento Pachakutik.

 

La marcha, dada su masividad y la indignación que se ha apoderado de la ciudadanía por la desastrosa conducción del Estado por parte de Gutiérrez, hizo recordar las grandes movilizaciones que culminaron con el derrocamiento de Abdala Bucaram en 1997 y de Jamil Mahuad a comienzos del año 2000.

 

Paralelamente a esta gran manifestación, el gobierno organizó, el mismo día y a la misma hora, una contramarcha y una concentración en la Plaza de la Independencia, sede del gobierno, a escasos 100 metros de la manifestación ciudadana. Más de cinco mil militares y policías cercaron el Palacio de Gobierno para impedir el paso de los manifestantes opositores. Desde los balcones de la Presidencia, Gutiérrez se dirigió a sus partidarios, usando duros epítetos contra la oposición.

 

Se calcula que la concentración gobiernista congregó a unas 10.000 personas. Sectores de oposición denunciaron que Gutiérrez utilizó toda la maquinaria y los recursos del Estado para movilizar a servidores públicos, indígenas y pobladores empobrecidos, bajo promesas presiones o promesas de incluirlos en sus en los programas de asistencia social. Además del transporte y la alimentación, el gobierno les pagó una pequeña cantidad de dinero.

 

 Los convocantes declararon que la movilización no apuntaba a la caída de Gutiérrez sino a exigirle rectificaciones y a que acepte una propuesta para nombrar una nueva Corte Suprema de Justicia. Los movimientos sociales, sin embargo, participaron con objetivos más de fondo. Humberto Cholango, dirigente de ECUARUNARI, principal organización de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), dijo que “esta marcha tiene como propósitos rechazar el Tratado de Libre Comercio, el Plan Colombia, el intervencionismo norteamericano, la acción dictatorial que el gobierno de Gutiérrez quiere implementar en el país en contra de la sociedad ecuatoriana”.

 

 “Que se vayan todos”

 

 La manifestación tuvo como telón de fondo una profunda crisis política que sacude al Ecuador desde que una mayoría legislativa afín al gobierno reorganizó la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional. Esta mayoría estuvo integrada por el oficialista Partido Sociedad Patriótica, el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) que dirige, desde Panamá, el presidente Abdala Bucaram, prófugo de la justicia, el PRIAN, liderado por Alvaro Noboa, uno de los hombres más ricos del Ecuador, por el Movimiento Popular Democrático (MPD) y el Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) , y por diputados desafiliados de varios partidos. Cada uno de estos, a cambio de sus votos, participó en el reparto de los puestos.

 

El gobierno de Gutiérrez logró alejar de la función judicial y de los otros órganos del Estado al derechista Partido Social Cristiano y a su caudillo León Febres Cordero, sin embargo, éstos quedaron en manos de los allegados de Bucaram y Noboa, con lo cual la crisis institucional se ha profundizado. Tanto el gobierno como el ex vicepresidente de la República, León Roldós, han planteado sendas consultas populares para salir del impasse pero estas no se presentan como soluciones viables.

 

La CONAIE, que participó con un contingente modesto en la macha de Quito, anunció “Movilizaciones por el Ecuador Plurinacional”, con una agenda que aglutine a los sectores empobrecidos del país y que tenga como objetivos impedir la suscripción del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y rechazar el Plan Colombia, el endeudamiento y la privatización del patrimonio nacional.

 

La presión popular parece haber contribuido a desentrabar la crisis. En la ciudadanía ha ganado fuerza la idea de que las nuevas cortes y tribunales carecen de legitimidad y que por lo tanto debe ser reemplazadas. Desde distintos sectores se sugieren varias fórmulas para salir del impasse, pero los consensos están todavía lejos de alcanzarse. El panorama sigue siendo confuso, mientras en las calles va ganando fuerza la consigna de “Lucio fuera” y el slogan de origen argentino “que se vayan todos”.

 

Publicado en América Latina en Movimiento # 393 (ALAI), p.4, 24-02-2005, Quito

 

 

 

https://www.alainet.org/de/node/116741
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