SOS Palestina

16/07/2006
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Mi amigo Sergio Yahni, judío y además israelí, me escribe desde Jerusalén donde vive, conmocionado por lo que considera una campaña premeditada por el gobierno sionista para derrocar al gobierno palestino electo democráticamente. Piensa, como muchos israelíes contrarios a las acciones militares en Gaza y Cisjordania, que el secuestro de un soldado como resultado de un ataque de milicias palestinas contra una base militar en territorio ocupado, ha sido sólo una buena excusa, toda vez que Israel y su principal aliado, Estados Unidos, no aceptaron los resultados electorales que dieron la victoria a Hamas y desde el mes de enero trabajan con la complicidad de la Unión Europea para eliminar al gobierno palestino. Yahni me asegura que los sueños megalómanos de Ariel Sharon de reformar el mapa político de medio oriente siguen vigentes. Los objetivos de Olmert y su aliado laborista Peretz son semejantes a los fallidos objetivos que llevaron a Begín y Sharon a invadir Líbano en 1982. La derrota militar no cambió la presunción israelí y norteamericana de que es posible avanzar en la construcción de una hegemonía sionista en la región, derrocando regímenes como el sirio o el iraquí e impidiendo un estado palestino digno de tal nombre. Sin embargo, mi amigo, que es co-director de una organización de derechos humanos palestino-israelí, piensa que la invasión de Gaza y las operaciones militares en Cisjordania provocará una nueva espiral de violencia con civiles palestinos e israelíes como víctimas principales. Claro que el gobierno político-militar de Israel se encuentra siempre cómodo en dinámicas de guerra de las que saca rentas territoriales. Pienso que el secuestro del soldado israelí ha sido un error. Y el asesinato del colono judío de 18 años Eliyahu Asheri es un hecho injusto. No es descubrir nada el decir que hay milicias palestinas interesadas en la estrategia de la tensión y que hacen bien poco por crear condiciones para una salida negociada. No obstante, es un contrasentido que el primer ministro Ehud Olmert diera la señal de ataque a su ejército horas después de que, por primera vez, las facciones palestinas se pusieran de acuerdo en reconocer al estado de Israel. Una explicación: al gobierno sionista le viene bien la tensión para su política unilateral de hechos consumados, no está muy interesado, por ahora, en una mesa de negociaciones. Pero una vez dicho que el secuestro del soldado y el asesinato del colono son condenables, hay que preguntarse lo siguiente: ¿Cómo es posible que la potencia ocupante que es Israel mantenga cerca de 10.000 presos -cerca de 400 mujeres y de 200 menores de 16 años- en sus cárceles, la inmensa mayoría civiles arrestados por resistirse a la ocupación de su tierra, sin que la comunidad internacional haga nada? Realmente me ha parecido hipócrita y patético que Javier Solana, en nombre de la Unión Europea, exija la liberación del soldado pasando por alto que los ocupantes detienen a mansalva y asesinan frecuentemente. ¿Sabe el lector o lectora que desde las elecciones palestinas 172 palestinos han perdido la vida por ataques militares israelíes, de los cuales 50 durante el mes de junio? ¿Dónde ha estado Javier Solana y la UE para denunciar esta matanza? Pero lo mismo puede decirse del secretario general de la ONU Kofi Annan y sus declaraciones que van en el mismo sentido: son sencillamente un insulto para el sentido común y una humillación para el pueblo palestino. Estamos viviendo una tragedia que muestra la absoluta impunidad de un estado que se permite invadir otro país, detener a ministros y electos, bombardear su parlamento y sus infraestructuras. Es una evidencia que Israel vive fuera del derecho internacional, habiéndose convertido en un estado que practica el terror mediante campañas de castigos colectivos. ¿Cómo es posible que la Europa humanista y democrática no tome medidas sancionadoras contra un estado que practica la ilegalidad y se comporta como el matón de barrio o peor aún como un estado mafioso -en sesiones de gobierno se vota a mano alzada el asesinato de líderes palestinos para implicar a los presentes-? Como Estados Unidos para detener a Noriega bombardeó Panamá matando a miles de civiles, el gobierno sionista hace lo propio para rescatar a su soldado. Por cierto ¿qué hace una base militar judía en un territorio que no es el suyo? Y Europa consiente, raptada por la americanización de su política exterior cada más desacreditada e inútil. Si el comportamiento de Israel fuera propio de un país "enemigo" de Estados Unidos que pasaría. Se imagina alguien que Irán, o Libia, o Cuba, actuara al modo israelí. ¿Qué está ocurriendo en la esfera de las relaciones internacionales? ¿En el año 2006 se puede consentir que el jefe de gobierno sionista Ehud Olmert diga públicamente que ha dado la orden de asesinar al primer ministro palestino Ismail Hanie? ¿Qué Naciones Unidas y que Unión Europea tenemos que no se rebelan contra semejante barbaridad? Vivimos una pesadilla o en un gran manicomio, o peor aún en un enorme matadero. Las relaciones internacionales están secuestradas; los pueblos no quieren guerras -ni siquiera el pueblo llano de Israel en el que abundan personas ejemplares como mi amigo Sergio Yhani-, quieren convivir en paz resolviendo sus conflictos por la vía del diálogo y del respeto mutuo. - Iosu Perales es autor de "El perfume de Palestina"
https://www.alainet.org/de/node/116074
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