Guerrilla semiótica televisada

Aló Presidente

03/05/2005
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Venezuela: Aló Presidente[1]

Guerrilla semiótica televisada

Nadie imaginaría que un programa televisivo largo, muy largo[2], basado casi en una sola toma, sin movimientos ni efectos espectaculares, con un hombre que habla y habla, que incluso canta de cuando en cuando, y feo[3], sería uno de los foros de comunicación y educación política más importantes en plena “Civilización de la Imagen[4]”. Nadie imaginaría que tal experiencia de comunicación sería un apogeo de celebraciones revolucionarias, manicomio para funcionarios gubernamentales, voz de pueblo emplumada con rebeldías, sinfonía de luchas alimentadas con estrellas que bajan a galope desde la bandera de la revolución.

Aló Presidente ha roto los cánones y los silabarios con que muchos iniciados y sabihondos mediáticos andan por el mundo vendiendo “Ingeniería de Imagen”. Ha saltado las tranqueras y los límites, los estatutos de muchos “estudios de recepción”, los “hábitos de las audiencias” y los estereotipos del “raiting”.  Aló Presidente es una experiencia de comunicación alimentada con los imaginarios más ansiosos. Insurrección semiótica que con imágenes y palabras transmite a norte y sur, este y oeste su clamor de verdades. Hugo Chávez pasa horas explicando planes y tácticas sobre el pizarrón eléctrico de la tele y la radio, repletos de miradas… enseña, aprende, denuncia, exige… palabra por palabra. Habla con fuerza desde la política, sobre la política y contra ciertos políticos que temen mancharse los zapatos. Algunos burócratas… pues.

Aló Presidente es una revolución hecha comunicación, no por gracia del talento “genial” de Hugo Chávez, por su encanto o carisma,  o no sólo, sino por la fuerza que las masas le confieren para que comande, junto a otros, una revolución incluso con los mass media. Aló Presidente no sería lo que es sin la lección extraordinaria de abril y sin la potencia de un pueblo decidido a transformarlo todo y transformarse sí para devolverse las tierras y fábricas robadas a lo largo de siglos, el trabajo y las riquezas saqueadas lo largo de siglos. En Aló Presidente el que habla no es el que aparece, el que mira no está inmóvil, el que escucha dialoga con sus convicciones y todos someten a escrutinio y prueba lo que parece lejos pero que está a la vista cuando la vista no se agota con lo visible[5].

Habla de los hospitales, los quirófanos y los médicos, del maíz, el azúcar, el café y el petróleo. De los obreros y de los militares, del los reservistas, de las armas y la educación. De la comida y de la vivienda. De la riqueza que es de todos. En Aló Presidente suenan los cerros y los balazos. La lucha contra la barbarie y la lista enorme de problemas turbulentos. Ahora se sabe quién es quién. Aló Presidente tiene esa fórmula enigmática de cierta comunicación que ha descubierto el centro de su poder y lo ha ocupado[6]. Ahora esa comunicación no la deciden los burócratas ni los oligarcas, decide el que se organiza y participa, interviniendo, expropiando. Está siendo derrotada la indolencia y la indiferencia, la apatía y el desencanto. Aló presidente con sus horas y horas de transmisión cava trincheras nuevas alambradas con púas de verdades, tira palabras con ametralladoras de ideas para barrer cuanto amenace la acción directa y diaria. Es entretenido, es divertido, es entrañable y es extrañable. Nomás no se transmite y hay lío.

Imágenes e Imaginarios de una rebeldía mediática.

Uno debe recomendar Aló Presidente a los obreros y los estudiantes de todos los países. Sin duda contribuye  a esclarecer el problema del movimiento obrero y de la comunicación necesaria en una revolución. Ganar un medio de comunicación es ganar un arma poderosa para la lucha y no podemos ignorarlo sin peligro de acarrear desgracias irreparables, regalando un frente fundamental a los enemigos. Ya ocurrió un golpe de estado mediático, la lección fue dolorosa. Es indispensable estudiar a toda costa la potencia discursiva, comunicacional y combativa de Aló Presidente, y mantener proyectos de investigación capaces de debatir los logros de una experiencia semejante que, con pocos elementos, obtiene resultados extraordinarios. Para que no se vuelva púlpito de vanidades ni plataforma del personalismo.

Estudiar qué pone, pues, sobre la mesa el debate entre la cantidad y la calidad de los medios y modos para la producción comunicativa. Tácticamente la narrativa de Aló Presidente repone voces para un orden social nuevo y un nuevo orden comunicacional al servicio de la creatividad revolucionaria. Aló Presidente tiene un lugar central en la memoria de los pueblos, de las sociedades y de los individuos. Aló Presidente no es un informe, ni un reportaje, más bien una épica donde no hay ensamblaje casual de palabras sino lucha por el significado desde una ética que viene de la lucha y apunta a un imaginario nuevo en plena construcción permanente.

Chávez se sitúa en el vértice de cierta lógica donde convergen líneas trazadas históricamente, él mismo es un punto referencial sobre el imaginario revolucionario, pero un punto de fuga que da perspectiva al complejísimo proceso de transformaciones ideológicas, políticas, éticas y estéticas iniciadas en Venezuela no por arte de magia sino por un proceso revolucionario en marcha. Chávez posee una intuición y praxis comunicativa de carácter pendular que va y viene del proyecto al reclamo. De los planes a su critica, del dicho al hecho. Los ministros tiemblan.

No se trata de un Presidente que dialoga por los medios, se trata de un quehacer teórico, político, poético y filosófico… hay problemas de lenguaje, no pocas ideas están en crisis y no son pocas las contradicciones que se viven diariamente entre lo propio de la lucha revolucionaria y su comunicación necesaria, hay conflictos de estilo necesarios sobre una táctica de propaganda permanente, es decir, poética de una lucha hoy todavía asimétrica, desigual y combinada[7].

Es verdad que la metáfora es un arma de guerra en la batalla semiótica que Chávez libra en cada emisión de Aló Presidente, pero es un arma que sólo acepta munición social de base. No funciona sin eso, es su piedra filosofal, lo que permite descubrir y transformar la realidad. Aló Presidente funda su discurso en una síntesis finísima que necesita la dialéctica de la lucha porque conmemora y denota, recuerda y significa la vida cotidiana, la praxis revolucionaria. Coinciden la política y la comunicación haciéndose poesía y filosofía para la revolución. Coinciden la conciencia de la crítica y la crítica de la conciencia. Unas veces mejor y otras no tanto. El arsenal simbólico de Aló Presidente contiene creación literaria, cancioneros populares, geografías, colores, olores, sabores, historia, psicología, semiótica… como palabra creadora y sabiduría de un discurso poético que se hace sin pedanterías y exhibicionismo… que fluye desde la verdad misma de la lucha que no “hace” Chávez por sí mismo.

Aló Presidente como programa de transición.

Chávez es un comunicador entrenado largamente por fuera de los estereotipos académicos o mediáticos y esa es, en parte, su fuerza. No tiene ademanes ni “tics” de locutor, no devanea con giros impostados para dar efecto grandilocuente a cualquier información basura, como tanto disfrutan en CNN. Chávez no es un “galán de la pantalla”, no es el vendedor más grande del mundo, no es un predicador hipnotista de serpientes. No es el éxito del “marketig” mediático estudiado en bunkers de publicistas con tácticas maquiavélicas para posicionar una apariencia rentable que tiene “éxito” por “progre”. Con frecuencia El Aló Presidente supera a Chávez y lo hace transparente para dejar ver a través suyo el poderío rebelde de un pueblo que va decidido a consolidar su revolución a sabiendas de que le falta mucho. Con su economía de recursos Aló Presidente construye un espacio objetivo que no opera con, y por, los trucos de la farándula, su desafío se ancla permanentemente en la dialéctica del conflicto, de la pugna de intereses y la lucha de significados tomados de cada proyecto, con nombre y apellido, para impulsarse desde ahí hacia la expectativa de acciones concretas renovadas. Hay que ver qué ocurre cada vez que Chávez, fiscal, toma un buen trago de voz popular, hincha el pecho y presta su voz a una denuncia que ya tiene voz propia en las refriegas sociales contra los atrasos de algunos burócratas, la intolerancia de algunos iluminados o el despiste de algún revolucionario trasnochado que todavía anhela ponerse delante de las masas para acaudillarlas.

Está claro que no hay tarea más importante que la tarea propagandística anti imperialista y por la revolución. Las tácticas comunicacionales en Aló Presidente no son seres caprichosos y autónomos. Están sometidas a leyes de un lenguaje que se rebela y rompe diques de la sintaxis común y del diccionario mercadológico vulgar. Se trata de una táctica de comunicación en movimiento permanente de voces que constituyen una unidad compleja, como célula expresiva que se multiplica en la revolución. Táctica de comunicación como totalidad indivisible, del mismo modo que la sociedad es el conjunto de individuos en contradicciones Aló Presidente sería totalmente inútil si fuese discurso aislado incapaz de construir unidades significativas dinámicas.

Tal experiencia es ni más ni menos un amor que construye el significado, sentido, verdad y sabiduría de la praxis vuelta espacio de comunicación y guía. No es sólo voluntad de Chávez. Es un amor que habita, no unilateralmente, la mirada de Chávez, sus sonrisas y furias. Amor inspiración y atracción siempre paradojal dialéctico, significando lo complejo de la realidad que da noticias de cierta humildad epistemológica para la reflexión sobre la revolución que los envuelve. El campo semántico de Aló Presidente se refiere siempre a la palabra ganada sobre la palabra perdida, a su búsqueda, al momento y a la urgencia de decir la verdad dicha y vivida en un proceso apasionado que no es ajeno a cierto tinte patriarcal. Acaso parte de sus contradicciones vigentes. Todo esto es de un mérito y una complejidad que deben ser estudiados minuciosamente.

No debe haber catedrático, publicita, comunicólogo, militante… que no admire o envidie semejante conjunción de virtudes comunicacionales que han saltado las trancas de los recetarios mediáticos tan queridos por algunas consultoras en imagen. Es claro que Aló Presidente, es decir toda la audiencia en voz de Chávez, termina por adscribirse en un fenómeno de comunicación sui géneris y complejísimo, es decir, para una transformación honda en los medios, modos y relaciones de producción de las imágenes y los imaginarios. Construcción de una experiencia de comunicación inédita y voluptuosa, dialéctica, polisemia, de síntesis. Plena de lenguajes no verbales que designan la realidad y sus luchas revolucionarias por analogía y con metáforas para un mundo muy concreto, tan concreto como el petróleo, las armas, la expropiación de las herramientas de producción y la defensa de la soberanía..

Aló Presidente escapa a la banalidad de los modos burgueses para el uso de los mass media, obsesivos y alienantes, para emprender una lucha contra el régimen absolutista de imágenes, en una guerra de significados necesaria y complicada. Aló Presidente es un puente ineludible en el paso de una comunicación vieja, golpista y alienante a otra comunicación en plena creación, esta vez no dispendiosa, escandalosa ni obscena, esta vez divertida, sabrosona y cariñosa, esta vez, acaso, hecha por todos.

Chávez protagoniza en Aló Presidente un personaje múltiple que es él mismo en la piel de todos. Viejo, adolescente, criollo, mestizo, militar, campesino, obrero… preserva en su rostro cubista los rostros de un pueblo que tiene de todo un poco, incluso la sonrisa fresca, las penurias, los miedos y los dolores. Es la vida misma de un país herido con golpes mediáticos, mentiras, robo y crimen. Pero esta vez la tele y la radio son un arma más de la revolución[8]. Pa´l buen entendedor que no quiere pocas palabras. 

Para que surta efecto la táctica comunicacional de Aló presidente es necesario que los signos y sonidos de la revolución multipliquen su sentido en la dirección rigurosa y unívoca de la revolución misma. No es la figura del Presidente Chávez lo que constituirá tal unidad de sentido, es la construcción totalizante de una sociedad como organismo de unidades significativas en plena resignificación revolucionaria. Hacia la conciencia definitiva sobre sus fuerzas revolucionarias, la toma del poder y la revolución permanente. Es decir de comunicación revolucionaria que paraliza sus verdades porque las mantiene vivas y en crecimiento.

Política de Comunicación y comunicación política.

Aló Presidente encarna el mismo problema que se presenta a la hora de construir, colectivamente, una política de comunicación compleja, consensuada e inseparable de la revolución que no es totalidad cerrada sino conjunto de estrategias en transformación constante para que el poder no sea de unos cuantos gracias incluso a la emergencia de tácticas de significado nuevas[9]. Aló presidente en cada emisión constituye una frase de un lenguaje creado desde una actitud intelectual nueva. No de Chávez sino de las bases sociales que se han organizado para recuperar lo que les ha sido robado. El trabajo mismo.

Tal experiencia de comunicación, todavía en crecimiento,  es un mundo de invitaciones y respuestas, flujo y reflujo, unión y contradicción. Comunicación que es un ser social vivo movido por ritmos semejantes a los que rigen a los seres vivos en general. Esa comunicación, con sus contradicciones y límites, es la sociedad nueva en construcción, y también algo más: es expresión del estado que guarda el trabajo, su valoración, degeneración y o emancipación. Por eso la práctica de la comunicación en Aló Presidente reclama una inquisición exigente sobre todos aquellos responsables de producirla y reproducirla. Su carácter, incluso de laboratorio comunicacional demanda atención y diagnósticos constantes. No hay muchos casos similares.

Chávez no se pregunta cómo está hecha la comunicación y si su dinámica es suya o sólo es reflejo de un estado de ánimo pasajero. Interviene en para movilizar fuerzas que duermen en ella tras años de modorra y brutalidad,  procede hacia una rebelión, ausente hasta hoy en los “intelectuales”, en muchos hombres de ciencia y en no pocos filósofos… procede como proceden los pueblos en rebeldía que no trasforman la revolución en un “don”, en filantropía, sino que modifican desde sus bases las culturas, los valores, los medios, fuerzas, para que sean núcleos de energía revolucionaria.

Ciertas experiencias de comunicación modernas están habitadas por la misma tensión. La Unión Soviética lo supo, Chiapas lo sabe. Pocas veces la lucha desde la comunicación ha estado tan cargada y plena de alientos revolucionarios. Comunicación vertiginosa, clara. Es tal la influencia de las formas de comunicación en todas las expresiones humanas que es imposible eludir la tentación de contribuir a  edificar una filosofía fundada en la comunicación. Y tenemos mucho para estudiar productivamente.

Si Aló Presidente es un foro de educación política popular basado en medios de comunicación, si constituye una de las experiencias en comunicación más extraordinarias reveladoras de la experiencia revolucionaria venezolana, si es un foro de gestión y control político televisivo, si es un organizador y orientador estratégico para la movilización social, si es una “escuela” política divertida y adictiva, si es una ruptura de cánones y formularios mediáticos y estéticos y pedagógicos convencionales, si es una táctica de comunicación y propaganda obra de la intuición y la dialéctica revolucionarias de las masas... entonces Aló Presidente ofrece una oportunidad magnífica para estudiar concretamente un ejercicio de comunicación revolucionaria que tiene por objeto principal organizar y orientar  a la población en materia de sentimientos y pensamientos contra el imperialismo y por la revolución . Oportunidad para entender cómo echamos mano al problema de la calidad y la cantidad de los elementos comunicacionales desde los más sencillos hasta los más complejos (por accesibles y profundos en simultáneo). Cómo sacamos el doble provecho (ameno y entrañable) de los elementos con que cuenta y produce expectativas sociales significativas y afectivas. Si Aló Presidente[10] es todo eso es urgente instalarlo como objeto de estudio en Universidades, escuelas, Institutos de Investigación, colectivos comunitarios, organizaciones sociales de base, comunidades indígenas, organizaciones campesinas y fábricas. No para repetir fórmulas, si para aprender a crear propias y nuevas. Acaso así, esta vez, la revolución si sea televisada.



[1] Aló Presidente es un programa semanal emitido todos los domingos en el canal estatal. Presenta la particularidad de ser presentado y animado en directo por el propio Chávez, sentado tras una mesa de despacho. En el curso de las 5 ó 6 horas que dura el programa, Chávez explica sus acciones, discute con invitados, recibe llamadas de teléfono (de ahí el nombre del programa) de todas partes del país, cuenta la mitología de la que saca imágenes que ilustran la actualidad del país y incluso llega a "cantar cancioncillas". Incomprensible visto desde Europa, este programa no tiene nada que ver con los discursos río de un Fidel Castro. Pierde todo su sentido fuera de la realidad de la situación en Venezuela. Improvisado y relajado, da a Chávez la posibilidad de expresarse directamente con el pueblo. A este último le permite discutir y conversar con el presidente, pero también aprender a conocerlo. En efecto, nadie -por muy buen "comunicador" que sea- podría "interpretar" un papel durante cinco horas. Así, para seguir el curso de su pensamiento, desarrollar su razonamiento ante las cámaras y establecer relaciones improvisadas entre dos ideas Chávez se abre al espectador de una manera real, algo que ningún otro jefe de Estado occidental aceptaría hacer. Renaud Lambert Risal/Rebelión. http://www.vive.gov.ve/paginas/alopresidente.html#   http://www.risal.collectifs.net/article.php3?id_article=1097

[2]“Sus discursos son tan largos como los de Fidel, una conferencia de prensa puede ser de dos horas, y su programa dominical “Aló Presidente” puede ser de seis o siete. Cautiva al auditorio como Fidel, aunque su estilo es diferente: muy campechano y jocoso, contando anécdotas y haciendo digresiones con las que no pierde el hilo, cantando y recordando versos, citando a Bolívar y a los otros libertadores, con frecuentes risas tanto de él como del público, con intervenciones que le hacen a gritos desde el público y que él a veces contesta con gran rapidez, y aun a veces entabla diálogo con el que lo ha interrumpido. (Me han dicho que “Aló Presidente” se puede captar por Internet o por radio)”. Ernesto Cardenal Rebelión Venezuela: la revolución silenciada 10-01-2005http://www.rebelion.org/noticia.php?id=9742

[3] H.CH.Mira, yo canto muy mal, y además con esta gripe... pero te estaba tarareando una canción de un poeta de mi pueblo, se llama Eladio Tarife, y ha compuesto canciones como "Linda Barinas". Barinas, es mi tierra natal, en el sur, en los llanos y dice: "Yo traigo un grito llanero que me nació del te quiero para cantarte Barinas"; pero esta es una, otra es: "Sueño latino", y es la que me despierta del alma cada vez que vengo a estas reuniones: "En la barca de mi sueños por América Latina, me la paso navegando de México a la Argentina, yo soy de la tierra de donde nació Bolívar la misma de San Martín, de Zapata y José Artigas"... es linda la canción. Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

[4] Como supone  Enrico Fulchignoni. «La civilisation de l’ imagen». Petit Bibliothéque Payot, Paris, 1975.

[5] H.CH. “A mí me apasiona el tema mediático comunicacional, desde niño. Siempre me apasionó participar, debatir. Me gustaba mucho dar discursos de niño. Recuerdo que mi padre era maestro de escuela, hoy es gobernador del estado natal, y acaba de ser reelecto ahora hace tres meses.Entonces, mi padre me hizo una vez un discurso el día de la bandera. Recuerdo clarito que terminé diciendo lo que él escribió en un papelito: "La bandera que Miranda trajo y que Bolívar condujo con gloria hoy flamea libre en el horizonte"... me encantaba.O cuando fue por primera vez un obispo a mi pueblo, se llamaba el obispo González Ramírez, me tocó también leer unas palabritas que me escribió mi padre de bienvenida al obispo.Bueno y luego ya lo mediático. En el ejército yo hice curso de locutor. Yo tengo título de locutor”. Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

[6] H.CH.Sí, la palabra, la palabra. Bueno, Cristo fue pregonero de la palabra. Creo que el ejemplo de un hombre que a través de la palabra levantó pasiones, amores, también odios que lo llevaron a la cruz. Creo que la palabra es una de las más poderosas herramientas, o para generar mentiras o para descubrir verdades, o para dominar y engañar a un pueblo, o para levantarlo y ayudarlo a que se impulse por encima de sus miserias y vaya a buscar su destino. Yo suelo usar mucho la palabra y trato de usarla bien. A veces me equivoco, a veces y muchas veces, bueno, ... rectifico cuando me he equivocado. Pero sí, la palabra es un arma sin duda alguna. Es una poderosa arma.Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

[7] H.CH. “Un poco... estudié un poco… "a mí me preocupa que yo pertenezco a este batallón de cazadores y uno sale uniformado por ahí y la gente opina muy mal de nosotros ... vamos a hacer algo para cambiar la opinión que tiene el pueblo de los militares.. Yo tenía un programa semanal de radio en radio Barina, el subteniente Hugo Chávez, y que poníamos ahí: música, llevaba un soldado a decir un cuento ... yo inventaba cosas, me metí en más de un lío. Luego, me autorizó para escribir una columna semanal que se llamaba Proyección patriótica Sedeño (Sedeño era el nombre de nuestro batallón). Ahí en Barina en un periodiquito que circulaba a diario llamado El Espacio ahí teníamos un espacio... Y así fui, después en la Academia Militar me encargué del aspecto cultural de presentar música, eventos, de contactos con los medios de comunicación. Yo recuerdo incluso de Popi un programa infantil de televisión, yo de capitán no sé si estará eso grabado por ahí. Yo hacía un programa con Popi en televisión. Popi era un señor que se vestía de payaso, era un programa para niños y una vez llegó Popi a la academia militar (yo era capitán) entonces todos los niños por allá donde yo vivía me decían: mirá este es Popi, anda con Popi. Me gustó eso siempre, lo de los medios: la televisión, la radio. Después hice el curso de locutor y me dieron mi título. Cuando era jefe de guarnición por allá en el sur entre los indios, ayudamos a instalar una radio: radio Elorsa. Un buen amigo de por ahí, de esos llanos logró una concesión para una radio y yo me puse con él a trabajar con mis soldados para instalar una antena en una sabana que era un desierto por allá. La llevamos a lomo la antena, las partes de la antena hasta que salimos al aire. Y entonces, yo me la pasaba ahí, transmitiendo por radio historia, cultura, entrevistábamos indígenas y ahí ya está la radio y ya cubre casi todo el estado de Apure en la frontera con Colombia. El día de nuestra rebelión militar ocurrió algo así, algunos dicen que ahí nací yo como actor político ... no lo creo así tan fácil, pero influyó. Yo ya estaba rendido... estaba preso. Pero todavía habían focos de rebelión civil y militar en buena parte del país. Y yo le digo a los jefes militares que ya me tenían preso que me permitieran hablar con mi gente, con mis hombres para ordenarles la rendición total y plena y de inmediato. Bueno, me permitieron un teléfono —en ese tiempo no había celulares—, pero por teléfonos alámbricos comerciales yo empecé a hablar y a rendir a mi gente, a decir: ríndete, entrega las armas. Ahora, había algunos que no atendían teléfono o estaban desplegados en las calles, entonces se le ocurre a un almirante decir: Chávez, usted puede hablar a su gente para la rendición; y le dije que sí, me tienen preocupado yo quiero que se rindan ya, que no haya más muertos ni heridos. Estoy rendido yo su jefe, que se rindan todos. Bueno llamaron a la televisión y yo aparezco en vivo, estos fueron cuarenta segundos. Yo dije algo pero, me negué a escribir lo que iba a decir. No yo no voy a escribir nada, yo tengo mi palabra empeñada de honor. Yo no voy a llamar a rebelión ni a nada, voy a llamar a rendición. Luego, me habían quitado mi gorra, mi fornitura y cosas y les dije, no. Me acordé de Noriega, el panameño que lo sacaron con una franelita los gringos, no. Yo les dije, no. Me dan mis cosas, yo salgo uniformado... me permitieron todo eso y yo dije unas cosas pues. Un pequeño discurso muy cortico que impactó. Yo después vi la grabación, e impactó porque se me ocurrió decir cosas como esta: —y eso me salió del alma, yo ni lo había pensado, eso fue como un manantial de cosas, de palabras... la palabra—, comencé diciendo: "Buenos días a todo el pueblo de Venezuela, este mensaje va dirigido a mis compañeros de rebelión en la ciudad de Maracay y del regimiento de Paracaidistas y en la Brigada Blindada de Valencia. Compañeros, lamentablemente por ahora (ese por ahora salió de no sé dónde) no hemos logrado los objetivos que nos propusimos, ustedes lo han hecho muy bien, les agradezco su valentía, su patriotismo y yo ante el país y el mundo asumo la responsabilidad por este movimiento militar bolivariano. Muchas gracias. Cuarenta segundos y me fui. Eso quedó ahí en la conciencia colectiva y está ahí. El "por ahora" se convirtió en un tintineo permanente, la palabra otra vez. Y hoy, en vez de estar cerrando televisoras, han atropellado a un pueblo, las televisoras privadas venezolanas incluso participaron no es que apoyaron... participaron en el golpe de Estado. Participaron sus dueños de casi todos los canales privados. Colocaron sus cámaras, sus trabajadores al servicio de los golpistas. Le negaron información a un pueblo y a un mundo. Imagínate tú lo que es un día de golpe, de un movimiento militar y civil también, una conspiración….. Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

[8] “…El Presidente convoca a un mensaje nacional y ellos lo sabotean, cometiendo un delito, sin duda. Yo he tenido mis razones para cerrarlos a todos, según la ley. No lo he hecho... prefiero debatir con ellos, y de ahí surgió el programa Aló Presidente todos los domingos, ya vamos por 214 programas y a veces dura siete horas. Es una cosa totalmente irracional, un programa de televisión de siete horas no tiene ningún patrón, no hay patrón que permita evaluarlo pero ahí informamos, la gente llama, hacemos anuncios, hacemos análisis, entrevistamos gente, participan grupos de personas, nos vamos al interior del país y nos vamos a un barrio, y ahí pasamos el día domingo casi completo no. Es un evento, que contribuye a la dinámica comunicacional. En Venezuela entre otras cosas, por muchas razones, se le ha caído la máscara a la dictadura mediática y uno de los grandes derrotados en esta batalla política en Venezuela son los medios de comunicación.Los medios de comunicación antes decidían quién era presidente y quién no. En Venezuela ahora decide un pueblo”. Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

[9]Se ha incrementado por todas partes, porque ahora tenemos una ley de Radio y Televisión que nos obliga a apoyar a los medios comunitarios; antes eran ilegales. Antes les decomisaban los trasmisores, los allanaban y se los llevaban presos a los muchachos, sobre todo a la gente joven. Ahora no, ahora el presidente, el ministro, se reúne con ellos, los oye y ponemos pautas. Entonces, nos critican y por supuesto que deben hacerlo cuando ellos lo consideren justo, pero les estamos dando crédito y hasta donación de equipos. Es democratización de los medios de comunicación”. Entrevista publicada en "La República" de Uruguay el 04/03/2005. Por Sonia Breccia Publicado digitalmente: 7 de marzo de 2005 http://rodolfowalsh.free.fr/article.php3?id_article=0471

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