Elecciones se transformaron en plebiscito

20/10/2004
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El partido de Lucio Gutiérrez (foto) salió ampliamente derrotado en las elecciones de octubre de 2004
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En las elecciones seccionales cumplidas el pasado 17 de octubre de 2004 la agrupación política del Presidente Lucio Gutiérrez (Partido Sociedad Patriótica) sufrió un gran revés, a la vez que el proceso electoral marcó el avance del derechista Partido Social Cristiano (PSC) y de la socialdemócrata Izquierda Democrática, el retroceso del populista Partido Roldosista Ecuatoriano y el mantenimiento del espacio de los partidos de izquierda, como Pachakutik y el Movimiento Popular Democrático.

 

Los comicios convocados para elegir 22 prefectos provinciales, 91 consejeros provinciales, 219 alcaldes municipales, 893 concejales municipales y 3.980 juntas parroquiales se convirtieron en un plebiscito sobre la gestión gubernamental por obra y gracia del propio Gutiérrez.  Este, en efecto, se transformó en el principal propagandista de su partido, poniendo toda la maquinaria del Estado al servicio de los candidatos del PSP y recurriendo a los más variados métodos clientelares para conseguir votos, como el reparto de alimentos y juguetes. Su intención era demostrar que contaba con respaldo popular, luego de que rompió con las organizaciones políticas (MPD, Pachakutik) que le permitieron alcanzar el poder, y, de paso, asegurar la supervivencia de su partido remontando el 5% por ciento que exige la ley electoral.

 

Todo le salió mal a Gutiérrez. Su partido no consiguió ni un solo gobierno provincial ni alcaldías de municipios importantes, alcanzando apenas unas pocas alcaldías de ciudades pequeñas. La mayoría de ecuatorianos y ecuatorianas censuraron las políticas neoliberales que no resuelven los agudos problemas del desempleo y la pobreza, privilegian el pago de la deuda externa y garantiza las inversiones de las transnacionales, especialmente petroleras.

 

Otros puntos que han merecido la censura, especialmente de los sectores progresistas, es la sujeción absoluta de Gutiérrez a los dictados de EE.UU, que pretende involucrar directamente al Ecuador en el conflicto colombiano.

 

Tras su derrota, el gobierno llamó al diálogo nacional a las demás funciones del Estado pero su invocación cayó en saco roto porque la palabra de Gutiérrez ha perdido toda credibilidad. En el Congreso, varios diputados de oposición solicitaron la renuncia de Gutiérrez y si eso no se produce, anunciaron que promoverán el enjuiciamiento del Presidente por haber dispuesto los recursos del Estado para beneficiar a su partido. En la Corte Suprema de Justicia se aprobó una resolución en la que rechazan unas declaraciones de Gutiérrez en la que dijo que las cortes están politizadas y que el pueblo las puede incendiar.

 

Estas elecciones seccionales determinaron el avance del PSC que en total logró 60 alcaldías y 4 prefecturas, convirtiéndose en la principal fuerza política del país. Este partido dirigido por el ex presidente León Febres Cordero, mantuvo su principal bastión electoral, Guayaquil, la ciudad más poblada del país, y triunfó en importantes ciudades de Costa, como Machala (tradicionalmente en manos el PRE), Portoviejo, Manta, Quevedo y Babahoyo, a la vez que alcanzó 25 alcaldías en la Sierra.

 

En el caso de Guayaquil, el PSC apunta a una "modernización reaccionaria". El alcalde socialcristiano reelecto, Jaime Nebot, da prioridad a las obras viales y al embellecimiento de los sectores céntricos de la ciudad, pero olvida a amplísimos sectores poblacionales que carecen de elementales servicios. Su gestión también se ha caracterizado por "mantener el orden" con mano dura, priorizando la represión antes que la prevención en materia de control de la delincuencia.

 

La Izquierda Democracia alcanzó 25 municipios y 5 prefecturas, perfilándose como un partido regional de la Sierra. Obtuvo triunfos en ciudades importantes como Quito, Cuenca, Ambato, Tulcán, Ibarra y Latacunga. En su principal plaza electoral, Quito, fue reelecto como alcalde, el General Paco Moncayo, quien logró derrotar al acaudalado y ex alcalde de Quito Rodrigo Paz. Moncayo ha desarrollado un trabajo de recuperación del Centro Histórico y de embellecimiento de la ciudad para atraer el turismo, a la vez que ha provisto de servicios de agua y alcantarillado a algunos barrios populares de Quito. Desde la izquierda, se le ha criticado por no favorecer una auténtica participación popular, y por seguir una solapada una política de privatizaciones que ya comenzó con la recolección de basura y que continuaría con el agua potable.

 

El gran derrotado parece ser el populismo representado por el PRE que perdió algunas de sus plazas electorales fuertes de la región de la Costa, como Esmeraldas, Manabí y Machala. Este partido está sintiendo la ausencia de su líder, Abdala Bucaram, quien desde que fue expulsado de la Presidencia de la República por una revuelta popular en 1996, vive como rey en Panamá y no puede regresar al país por tener varios procesos pendientes con la justicia.

 

Comparado con la millonaria campaña desplegada por el PRIAN, cuyo líder es el multimillonario Álvaro Noboa, los resultados de este partido son pobres, pues accedió a 16 municipios y a una prefectura. Estas elecciones sirvieron de plataforma para la promoción de Noboa, el rey del banano que aspira a ser Presidente del Ecuador, luego de haber sido derrotado en dos ocasiones.

 

Finalmente, unas líneas sobre la participación de la izquierda. El Movimiento Pachakutik (cuya columna vertebral es el movimiento indígena), luego del desgaste ocasionado por su paso por el gobierno de Gutiérrez, logró mantener su presencia en los espacios locales de la Sierra y en la región amazónica (consiguiendo 23 alcaldías y 2 prefecturas), aunque se advierten debilidades en cuanto a definir políticas y líneas programáticas de carácter nacional. Al no haber definido una clara políticas de alianzas, Pachakutik adoptó posiciones contradictorias: en ciertas ciudades como Quito y Pichincha se alió con la Izquierda Democrática, pero en otras se enfrentó a este partido socialdemócrata. En Quito y Pichincha, de otro lado, se advirtió la presencia de una corriente pragmática de corto plazo que le llevó a pactar de forma subordinada con la Izquierda Democrática y a perder su identidad como movimiento diferenciado de la socialdemocracia. Con esto, se privó al electorado quiteño de poder contar con una opción electoral de izquierda social.

 

Por último, el Movimiento Popular Democrático, cuya base principal son los profesores, salió relativamente bien parado de estas elecciones alcanzando 10 municipios y dos prefecturas. Consolidó su presencia en las provincias de Cañar y Esmeraldas en donde obtuvo tanto las prefecturas como las alcaldías de sus capitales, Azogues y Esmeraldas, respectivamente.  En la ciudad de Esmeraldas, de mayoría afro, el MPD ha incorporado elementos étnicos (la reivindicación de la negritud) y ha impulsado programas de prevención antes que de represión para combatir la delincuencia. Por eso fue reelecto, el alcalde de esta agrupación política, el sindicalista Ernesto Estupiñán.

 

Publicado en América Latina en Movimiento # 389 (ALAI), 26-10-2004, Quito

https://www.alainet.org/de/node/110743
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