Miami, ¿otro Cancún?
04/11/2003
- Opinión
Bajo el espectro de la recientemente fracasada cumbre de la OMC (Organización
Mundial del Comercio) en Cancún, entre el 20 y 21 de noviembre se realizará
en Miami la reunión ministerial del ALCA (Área de Libre Comercio de las
Américas), que, en trastienda, algunos gobiernos la consideran como la del
"último chance". Para evitar nuevas sorpresas, Estados Unidos se ha empeñado
a fondo en rearticular su influencia regional con presiones a los "eslabones
débiles" para, sobre todo, cortocircuitar el Grupo de los 21 (G-21) y la
proyección de la alianza Brasil-Argentina.
En los días posteriores a la cumbre de Cancún, las presiones de la Casa
Blanca llevaron a la salida de los tres países centroamericanos que
participaron en el G-21: El Salvador, Costa Rica, Guatemala, como también de
tres países andinos (Colombia, Perú y Ecuador); todos con el argumento de que
les conviene priorizar un tratado de libre comercio bilateral con Estados
Unidos. Pero también se produjo un hecho inesperado: el levantamiento
popular en Bolivia que se saldó con la caída del presidente Gonzalo Sánchez
de Lozada, uno de los mandatarios incondicionales con las políticas de
Washington.
Por su parte, el gobierno brasileño de Luis Inacio Lula da Silva, principal
artífice de la conformación del G-21, en concordancia con la prioridad que en
su política exterior asigna a la integración latinoamericana, ha desplegado
igualmente una intensa acción diplomática para revitalizar el MERCOSUR y, en
tal perspectiva, reforzar sus relaciones con Argentina. A mediados de
octubre, precisamente, Lula visitó este país, donde suscribió con el
presidente Néstor Kirchner el "Consenso de Buenos Aires", en contraposición
al "Consenso de Washington".
El Consenso de Buenos Aires
En un documento de 22 puntos, ambos mandatarios reafirmaron la "voluntad de
intensificar la cooperación bilateral y regional para garantizar a todos los
ciudadanos el pleno goce de sus derechos y libertades fundamentales, incluido
el derecho al desarrollo, en un marco de libertad y justicia social acorde
con los valores, propósitos y objetivos establecidos en la Cumbre del
Milenio", precisando que en este proceso de integración impulsarán con
decisión " la participación activa de la sociedad civil, fortaleciendo los
órganos existentes, así como las iniciativas que contribuyan a la
complementación, la asociatividad y el diálogo amplio y plural".
Respecto al MERCOSUR, señalan que "no es sólo un bloque comercial sino que
constituye un espacio catalizador de valores, tradiciones y futuro
compartido". Y se compromete a implementar una " continuada y estrecha
coordinación de posiciones en la búsqueda de acuerdos equilibrados, que
incrementen las relaciones del Mercosur con los demás socios, en particular
la Comunidad Andina, con el objetivo de mayor prosperidad para todos".
"Entendemos -acotan- que la integración regional constituye una opción
estratégica para fortalecer la inserción de nuestros países en el mundo,
aumentando su capacidad de negociación. Una mayor autonomía de decisión nos
permitirá hacer frente más eficazmente a los movimientos desestabilizadores
del capital financiero especulativo y a los intereses contrapuestos de los
bloques más desarrollados, amplificando nuestra voz en los diversos foros y
organismos multilaterales. En este sentido, destacamos que la integración
sudamericana debe ser promovida en el interés de todos, teniendo por objetivo
la conformación de un modelo de desarrollo en el cual se asocien el
crecimiento, la justicia social y la dignidad de los ciudadanos".
Bajo esa perspectiva, los dos mandatarios expresan la disposición "de
continuar participando desde el Mercosur en las negociaciones del Área de
Libre Comercio de las Américas (ALCA), con el objetivo de alcanzar un acuerdo
equilibrado que respete los intereses disímiles de los participantes y dote
al proceso de la flexibilidad necesaria para permitir que la negociación se
desarrolle conforme a la situación de cada uno de los países y bloques
involucrados. Para ello, coincidimos en reafirmar la propuesta de formato
metodológico presentada por el Mercosur, por considerar que la misma
constituye una alternativa realista que permitirá alcanzar un acuerdo
satisfactorio en enero de 2005".
El forcejeo
Para evitar el fracaso del encuentro ministerial de Miami, Estados Unidos y
Brasil -copresidentes del ALCA- han anunciado que en la primera semana de
noviembre contemplan realizar una reunión preparatoria para aproximar
posiciones, debido a que tal propósito no prosperó en la reunión técnica
realizada a fines de septiembre en Trinidad y Tobago.
Para Estados Unidos, el modelo negociador que estableció al inicio del
proceso y que se mantuvo sin mayor contestación hasta 2002, debe
mantenerse tal cual; el MERCOSUR aboga por un mecanismo más flexible para
encarar las negociaciones a "dos velocidades", habida cuenta que las
visiones e intenciones sobre el proceso negociador son muy distintas, pues
varían según los diferentes países y grupos de países.
La propuesta del MERCOSUR, entre otros puntos, establece la posibilidad de
negociar programas de liberalización diferentes de acceso a mercados para
los bienes agrícolas e industriales. Además propone la limitación de las
negociaciones sobre propiedad intelectual a los compromisos establecidos en
la OMC. Además, demanda la creación de un Fondo de Convergencia Regional
que permita atender las asimetrías existentes entre los países y favorecer
la adaptación de los sectores productivos a las exigencias del mercado
ampliado. Por su parte, los negociadores estadounidenses quieren que se
incluya en las negociaciones todos sus temas prioritarios (inversiones,
servicios, compras gubernamentales, propiedad intelectual, entre otros),
pero no aquellos que lo son para los otros países involucrados,
particularmente subsidios a las exportaciones agrícola, antidumping y apoyo
a los productores locales.
Mientras discurren estas tratativas, a lo largo y ancho del continente las
sociedades han intensificado sus movilizaciones y protestas en rechazo a
que tales negociaciones se hagan a sus espaldas y para exigir consultas
populares transparentes. Así como en Cancún, estas voces también se harán
escuchar en Miami.
https://www.alainet.org/de/node/109266?language=en
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