Cobertura G8

Ecos de las jornadas contra el G8

09/06/2003
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Foto: Eduardo Tamayo G.
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Ginebra.- Para intentar reflejar las luchas que se desarrollaron contra la Cumbre del G8 en Evian (que reúne a Estados Unidos, Japón, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, Canadá, más Rusia) no se puede hablar en singular sino en plural. No hubo una sino muchas actividades que se desarrollaron entre el 28 de mayo y el 6 de junio de 2003, que comprendieron manifestaciones públicas pero también música, teatro, mimo, baile, malabarismo, talleres, foros, asambleas. No en uno sino en muchos sitios (en Annemase, Francia, y Lausana y Ginebra, Suiza, y una cumbre alternativa en Siby, a 50 Km. de Bamako, Malí).

 

No hubo uno sino múltiples actores: Anarquistas, socialistas, ecologistas, feministas, pacifistas, ciberpunk, cristianos, trotskistas, sindicalistas, defensores de derechos humanos, pequeños campesinos, empleados públicos y un largo etcétera en el que se incluye aquellos que son simplemente ciudadanos/as.

 

Cada uno tuvo un motivo, una razón para la participación y la protesta: mercantilización escandalosa de todas las actividades humanas, la militarización del planeta, el saqueo de los recursos naturales del Sur, la sobreexplotación de la fuerza de trabajo, la comida basura, el consumismo, la privatización del agua, la salud, la educación, el saqueo de los países periféricos a través de una deuda injusta, el SIDA, el racismo, la opresión a la mujer, la causa de los sin papeles, el recorte de los derechos sociales y laborales.

 

El neoliberalismo fracciona y dispersa pero también permite la comunicación, tejer redes y coordinar, sin que cada actor pierda la identidad, la particularidad y la autonomía. Pese a la diversidad de los protagonistas y propuestas, hubo un afán de confluir, de unir voces, de actuar juntos, aunque la acción de los "casseurs" (palabra francesa que designa a pequeños grupos que rompen vidrios de comercios y hacen otras acciones violentas) representó más de un dolor de cabeza para los movimientos altermundialistas.

 

Sintetizar todas las experiencias y testimonios resulta casi imposible por lo que nos limitamos a ofrecer apenas unas estampas de lo visto, oído y vivido en estos días en que la pacífica y rica Ginebra se vio sobresaltada por los conflictos que atrae aparejada una globalización injusta y excluyente.

 

 

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Foto: Eduardo Tamayo G.

 

¿Criminalización del movimiento social?

 

 La marcha anti-G8 del 1 de junio congregó a más de 100.000 personas, superando incluso las expectativas de los organizadores que no esperaban una participación tan masiva debido a que desde hace varias semanas atrás los trabajadores franceses se encontraban luchando contra las reformas al sistema de pensiones. La movilización franco-suiza se llevó a cabo pacíficamente y en un tono festivo, aunque no faltaron pequeños incidentes aislados como el ataque a dos gasolineras.

 

Al terminar la movilización, cuando los manifestantes regresaban a Ginebra de la frontera franco-suiza, los cuerpos policiales arremetieron contra ellos, resultando herido el fotógrafo independiente Guy Smallman, de nacionalidad británica, quien fue alcanzado en la pierna por una bomba. Cabe indicar que en la víspera de la manifestación del 1 de junio, un grupo de "casseurs", rompió las vitrinas de algunos almacenes y lanzaron bombas incendiarias a edificios públicos, en el centro exclusivo de Ginebra.

 

Por razones inexplicables, los policías suizos y alemanes (vinieron 1000 de Alemania para reforzar a los contingentes suizos) no actuaron para contenerlos. Al día siguiente, en cambio, estuvieron muy activos para reprimir las manifestaciones e incursionar en los campamentos juveniles con el pretexto de buscar a los "casseurs".  

 

En la noche del 1 de junio, la policía incursionó por la fuerza en un centro cultural alternativo, denominado L'Usine, golpeando a varios jóvenes, de los cuales tres fueron hospitalizados. Uno de los objetivos de esta inspección policial habría sido acallar al centro de información Indymedia, que a través de la Internet informaba minuto a minuto el desarrollo de los acontecimientos de las acciones G8.

 

El dos de junio, mientras el G8 estaba reunido, continuaron las movilizaciones. En la tarde, en un ambiente festivo, centenares de jóvenes se reunieron frente a la Organización Mundial de Comercio para protestar contra la privatización del agua. Posteriormente, otros manifestantes se tomaron el principal puente de Ginebra, interrumpiendo la circulación. Un despliegue de las fuerzas combinadas de la policía rodeó a los manifestantes, pretendiendo controlar sus papeles y sus mochilas. Los manifestantes se negaron. La mediación de los parlamentarios de izquierda resultó infructuosa. Se impuso la línea dura. Los jóvenes fueron dispersados con cañones de agua y balas de caucho. Varios fueron arrestados o heridos.

 

Un Equipo Legal independiente, formado para vigilar el desarrollo de los acontecimientos, denunció graves violaciones de los derechos humanos cometidas por los policías alemanes y suizos. De éstas, no se salvaron ni los transeúntes ni los propios observadores independientes. "Tres personas han sido agredidas brutalmente mientras estaban sentadas en un bar o deambulaban por las calles sin que hayan proferido ninguna amenaza o les hayan demostrado una actitud hostil. Uno de ellos era un observador del Equipo Legal", señalan en un comunicado del 4 de junio.

 

Con el paso de las horas la tensión se incrementó. La liberal Micheline Spoerri, presidenta del Departamento de Justicia y Policía, declaró a un canal de televisión que se había presentado una nueva forma de criminalidad contra la cual incluso el uso de armas de fuego no debía ser excluido. En su alocución no hizo ninguna diferencia entre manifestantes pacíficos y violentos, por lo que sus palabras fueron interpretadas por el Foro Social Lemanique (FSL) como una forma de criminalizar al conjunto del movimiento.

 

El 3 de junio, el Consejo de Estado de Ginebra prohibió toda manifestación pública y respaldó la acción de la policía. Pocas horas después, una movilización convocada para reclamar la renuncia de Micheline Spoerri, fue disuelta violentamente. Las víctimas no sólo fueron los manifestantes sino los curiosos, e incluso un fotógrafo brasileño Wolgran Ribeiro, que hacía su trabajo por allí. El FSL tampoco pudo efectuar una manifestación para el 6 de junio para pedir la renuncia de Micheline Spoerri, quien "ha perdido el control de la situación", y protestar por la prohibición de las manifestaciones por parte del Consejo de Estado, "medida asimilable, ni más ni menos, a la proclamación del estado de emergencia, y que no ha sido decretada desde finales de la segunda guerra mundial".

 

 En total, alrededor de 500 personas fueron arrestadas para controlar sus identidades y 41 están en prisión, acusadas de diversos delitos como robo, violación a domicilio, daños a la propiedad, etc., según el diario la Tribune de Genève. Además del periodista Guy Smallman, también resultó herido el británico Martín Shaw, luego de que un policía cortó la cuerda en que estaba suspendido intentando bloquear la autopista Lausana-Ginebra.

 

 

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Foto: Eduardo Tamayo G.
 

El zapatismo contado por las mujeres

 

 En las jornadas anti-G8, se escucharon varias voces, entre ellas las zapatistas. Quienes trajeron el mensaje del movimiento indígena mexicano fueron tres mujeres: Juana Cruz y María Aguilar, de Mujeres Organizadas, municipio de las Margaritas, Chiapas, y Cándida Jiménez del Congreso Nacional Indígena.

 

"El gobierno de Vicente Fox dice que ya no hay lucha en Chiapas, que se murió todo, que detrás del Subcomandante Marcos no hay bases. Pero el 1 de enero de este año, 20.000 indígenas se tomaron San Cristóbal. La lucha no es juego, está firme, ellos quieren vencernos con dinero, pero los dirigentes no se van a vender", dijo Juana Cruz a un auditorio compuesto mayoritariamente por jóvenes que se dieron cita en el parque Bastions, Universidad de Ginebra.

 

 A Juana le preocupa sobre todo la militarización del Estado de Chiapas. "No se han retirado los militares, simplemente se han movido de lugares. No hay libertad para hacer nuestro trabajo, hay nuevos retenes, nos vigilan, los militares no se meten directamente con las comunidades, pero utilizan a grupos paramilitares como Paz y Justicia conformados por indígenas que conocen a la gente. Pese a esta situación, vamos a resistir hasta lograr la victoria", afirma Juana.

 

 Por su lado, Cándida Jiménez, del estado de Oaxaca, se refiere al Tratado de Libre Comercio de la América del Norte, TLCAN, vigente desde 1994, y a los tratados de libre comercio que se pretenden impulsar como el Plan Puebla Panamá y el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, ALCA, previsto para el 2005. "Estos acuerdos nos han afectado enormemente a los pueblos indígenas. Las consecuencias están a la vista: inmediatamente después de que entró en vigencia el TLCAN se modificó el Art. 27 de la Constitución que reconocía las tierras comunales. Desde entonces se invaden nuestras tierras, se instalan plantas maquiladoras y se contaminan los ríos, se promueve el monocultivo, se inundan los mercados con productos más baratos pero de menor calidad, los campesinos dejan de cultivar la tierra y emigran hacia Estados Unidos, entonces se desintegran las familias y las comunidades, las mujeres son las más afectadas, porque cuando se van los maridos, éstas deben encargarse de los hijos y de cuidar y defender la tierra".

 

 

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Foto: Eduardo Tamayo G.
 

La presencia de los y las jóvenes

 

 Quizá lo más sobresaliente de las jornadas anti-G8 fue la presencia masiva de la juventud en las movilizaciones. A simple vista parecería que la mayoría de los altermundialistas son menores de 30 años. La juventud le da un nuevo aliento y esperanza al movimiento, descartando de plano la creencia de que los jóvenes de ahora son conformistas o conservadores. Si bien muchos jóvenes se identifican con la justicia global, la paz y la ecología, su presencia masiva también refleja su temor a un futuro incierto y la insatisfacción con sociedades que han erigido al consumo, el individualismo, la competencia y el afán de lucro como sus máximos y únicos valores.

 

Los/as jóvenes participaron de múltiples maneras: no sólo estuvieron en las calles y en las acciones de bloqueo, sino en los conciertos, las representaciones teatrales, y en los foros de debate y de reflexión. Así mismo, organizaron las "aldeas alternativas" (como la "Aldea Intergaláctica"y la "Aldea alternativa anticapitalista y antiguerra" de Annemase, Ulalá en Lausana o la Zona de Autogestión en Ginebra). En estas aldeas convergieron las redes internacionales de resistencia al G8, en ellas se prepararon las acciones y las movilizaciones, pero además fueron espacios en donde los/as jóvenes pusieron en práctica, así sea por unos pocos días, nuevas formas de convivencia basadas en la solidaridad, la autogestión y la democracia directa.

 

 La anulación de la deuda cobra fuerza

 

 El tema de la deuda externa y la lucha contra la Organización Mundial de Comercio, son dos ejes que van ganando fuerza en los movimientos sociales europeos, señala el belga Eric Toussaint del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, CADTM.

 

Al igual que en Dakar y en Porto Alegre, en Ginebra se organizó el Tribunal de la Deuda y de las Reparaciones con representantes de África, América Latina, Asia y Europa. Durante un día se analizó el problema de la deuda como mecanismo de subordinación de los países del Tercer Mundo y del ex bloque soviético a los países capitalistas desarrollados, las consecuencias que está teniendo sobre los pueblos y las alternativas para continuar en la lucha. Se enfatizó que la deuda es un mecanismo para asegurar las privatizaciones y la apertura de los mercados del Sur a los capitales y productos del Norte.

 

 Además de ilegítima e impagable, la deuda externa constituye un problema ético, histórico, social, económico y ecológico, planteó el argentino Alejandro Teitelbaum de la Asociación Americana de Juristas. Recordó que el pago de los servicios de la deuda externa significa una transferencia neta de recursos del Sur hacia el Norte. En 1998, los 41 países más pobres y más endeudados transfirieron al Norte 1.680 millones de dólares más de los que recibieron. En el mismo año, el conjunto de los países del Tercer Mundo engrosaron las arcas públicas y privadas de los países más industrializados con 114.600 millones de dólares.

 

Clementina Ouedraogo, de Burkina Faso, se refirió a las consecuencias que está trayendo para su pueblo el pago de la deuda externa: devaluación de la moneda, fábricas cerradas, corrupción de los funcionarios, carencia de agua potable, cierre de escuelas. "Vengo a acusar a los europeos por el pillaje de nuestros recursos naturales y económicos. Esta deuda odiosa no podemos pagarla, anulen la deuda y no necesitaremos de su ayuda", manifestó Clementina.

 

Para el ecuatoriano Fernando López, el problema de la deuda externa no es una cuestión de finanzas sino un problema político. La solución por lo tanto es política. No se trata de un tema más, es un asunto de supervivencia como pueblos, como seres humanos y hasta como Estados. Recalcó que la lucha por la anulación de la deuda del Tercer Mundo se debe efectuar en todo el mundo, y que a los europeos les corresponde pelear por otro tipo de gobiernos.

 

África: muchas palabras...

 

 Pese que en la agenda del G8, constaba el tema de África, la reunión terminó con vagas promesas y sin resultados concretos. La keniana Njoki Nkghu, de la organización "50 years is enough" (50 años son suficientes) de Estados Unidos comentó que África ha estado en la agenda del G8 por varios años, pero siempre ocurre algo que le hace pasar a segundo plano. El año pasado fue el terrorismo y este año es la Guerra contra Irak. "Por todo lo que hablan sobre África, se esperaría ver alguna acción y algún resultado. Como africanos, no esperamos que el G8 o el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional nos salven. Se pueden ahorrar sus discursos y su show. No queremos que se aprovechen de África. Nos estamos cansando de ser utilizados".

 

Njoki Nkghu, quien participó en el Tribunal de la Deuda y de las Reparaciones, trajo un mensaje crítico también para las organizaciones sociales de Europa. "África está aquí porque necesitamos que alguna gente entienda mejor lo que ocurre, pues algunas personas están realmente confundidas. Por ejemplo, las organizaciones sociales del Norte deben dirigirse a sus gobiernos y no decirnos lo que nosotros en el Sur debemos hacer. Muchas europeos dicen queremos decir muchas cosas a Lula, pero Lula solo debe responder a quienes lo eligieron. Él no tiene por qué responder a toda esta gente buena que hay por aquí. Las organizaciones en el Norte deben dirigirse a Aznar, a Bush, a Blair y no preocuparse de nuestros gobiernos. Estas personas pueden ver lo que representa el G8, pero no pueden ver lo que sus gobiernos hacen. La gente del Norte tiene que saber cuál es su espacio, qué es lo que tienen que hacer. Ellos tienen que preocuparse de influir en sus gobiernos para que haya cambios en las políticas del G8, del FMI, del BM, del BID, del Banco de Desarrollo de Asia, etc. Sus gobiernos son los que definen estas políticas. Si en el Norte estas personas hiciesen correctamente su trabajo, las cosas serían mucho más fáciles para nosotros. Ellos deben cuestionar a sus líderes. Ustedes encárguense de sus líderes y nosotros de los nuestros. Esto es lo que les venimos a decir desde África".

 

Shamali Guttal de la India, mientras participaba en la multitudinaria marcha anti-G8, planteó que los países occidentales más desarrollados están imponiendo nuevas formas de control a los países del Sur, especialmente la utilización de conflictos internos o guerras de agresión. Antes lo hacían con los planes de ajuste estructural, porque querían "nuestra mano de obra y nuestros mercados", ahora la recolonización la hacen "primero lanzando bombas, destruyendo, y luego reconstruyendo". Así se aseguran que desde el principio se establezca un modelo de "libre comercio" y de servicios privatizados. Este es el caso de Irak, en donde las corporaciones van a obtener enormes ganancias con el reparto del pastel de la reconstrucción, y se van a imponer las reglas para asegurar el futuro saqueo del petróleo.

 

 Para concluir, una pocas palabras sobre los símbolos. En estas jornadas contra el G8, se pudo ver un uso creciente de la bandera del arcoiris, misma que se popularizó en las multitudinarias manifestaciones anti-guerra de comienzos de este año en Europa. La dirigente indígena ecuatoriana Blanca Chancoso, del Foro Social Mundial capítulo Ecuador, quien participó en varios eventos, mostró su satisfacción porque la huipala, el símbolo de los pueblos originarios de América del Sur, que representa la igualdad en la diversidad, se haya convertido ahora en una bandera de un movimiento universal y pluralista que plantea que otro mundo es posible.

 

Publicado en América Latina en Movimiento # 370 (ALAI), p. 18, 10-06-2003, Quito

 

 

https://www.alainet.org/de/node/109207
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