El ALCA es el yugo de la esclavitud
12/07/2003
- Opinión
"Cristo nos dio libertad para que seamos libres. Por lo tanto,
manténganse ustedes firmes en esa libertad y no se sometan otra vez
al yugo de la esclavitud..." Carta de Pablo a los Gálatas 5:1
Pablo de Tarso nos enseña en su Carta a los Gálatas la importancia
de determinar en cada momento histórico cual es el enemigo principal
a derrotar; cual es el obstáculo básico para el desarrollo de la
sociedad, en su propias palabras, donde radica "el yugo de la
esclavitud."
En la época de Pablo la tarea estratégica era golpear al sistema
esclavista, despojarle de su justificación ideológica ante las
masas, privarle de su legitimación religiosa, y él lo hizo de
manera magistral al afirmar que en Cristo "ya no importa ser judío o
griego, esclavo o libre, hombre o mujer." (Gálatas 3:28)
En nuestra época, la tarea estratégica es oponerse, construir la
resistencia ciudadana a la globalización neo-liberal, que surge como
una amenaza para la identidad cultural de los pueblos y la
supervivencia del planeta. Es por esto importante que las iglesias
nos incorporemos a la tarea de construir una alternativa desde la
sociedad civil, desde los excluidos y excluidas.
En nuestro continente latinoamericano y caribeño, enfrentamos la
pretensión norteamericana de imponernos un Area de Libre Comercio
(ALCA) para supeditar nuestras economías a la voluntad de las
corporaciones transnacionales y del consenso de Washington. Es por
lo tanto importante, en nuestras iglesias conocer y denunciar este
nuevo "yugo de la esclavitud."
La ofensiva para establecer el ALCA
Esta semana concluyó en El salvador la XIV Reunión del Comité de
Negociación Comercial del ALCA. La reunión estuvo acompañada de una
ofensiva propagandística orientada a presentar el ALCA y su versión
local, el Tratado de Libre Comercio de Centro América con los
Estados Unidos, como la solución de nuestros problemas. Como
Comunidades de Fe y Vida y junto con la Red Sinti Techan
manifestamos nuestra oposición a este plan del imperio.
En los últimos años se ha desarrollado una campaña publicitaria que
pretende convertir al ALCA en la solución para los graves problemas
de estancamiento que enfrentan tanto la economía salvadoreña como
las economías latinoamericanas y presentar a sus detractores como
sectores que se oponen al progreso de la sociedad. A continuación
mencionaremos algunos criterios que fundamentan la preocupación de
amplios sectores sobre los móviles y consecuencias que traerá el
establecimiento del ALCA. La mayoría de estas reflexiones se
fundamentan en ideas del economista estadounidense James Petras.
Los mitos del ALCA
Uno de los principales argumentos que enarbolan los apologistas de
este nefasto tratado es que responde y promueve el libre comercio.
Pero este argumento es totalmente falso ya que como es de todos
conocido, el gobierno norteamericano se reserva el derecho de
mantener subsidios a su agricultura equivalentes a 30,000 millones
de dólares, lo que se conoce con el eufemismo de "legislación
antidumping", mientras se obliga a los gobiernos latinoamericanos a
que tomen medidas para garantizar la eliminación de todas las
barreras comerciales y cumplir así ciegamente con la doctrina del
"libre comercio."
Otro de los mitos que es importante demoler es el vinculado a que el
ALCA promueve la integración económica. También es una falacia. En
realidad este acuerdo se asemeja más a los existentes antiguamente
entre los imperios y sus colonias. Es un tratado en el cual los
Estados Unidos controlan las áreas estratégicas de la economía y
dominan los mercados y la mano de obra.
Una de las características fundamentales de este tratado es su
naturaleza asimétrica. Por una parte se encuentran los países
latinoamericanos con sus economías debilitadas y por la otra la
economía estadounidense, con multinacionales que acumulan activos
latinoamericanos y determinan el flujo en una sola dirección de
beneficios ( ganancias, intereses, royalties) del Sur hacia el
Norte.
Asimismo este tratado por su misma naturaleza favorece la creación
de monopolios y no estimula la competencia. Es un tratado que
claramente establece preferencias comerciales dentro del mismo
bloque y esta orientado a castigar la inversión de otros actores
internacionales, en particular de los países europeos, asiáticos y
árabes y de esta forma crea una economía cautiva en América Latina y
el Caribe.
Es evidente que el propósito básico de este tratado es asegurar que
Estados Unidos ocupe una posición privilegiada que le permita a las
multinacionales el realizar un jugoso negocio: comprar a precios
"políticos" empresas privatizadas en lugar de pagar precios de
"mercado" y obtener de esta manera inmensas ganancias.
Podríamos concluir que el ALCA es un tratado que favorece la
dominación de Estados Unidos y la creación de un sistema
mercantilista, centrado en la supremacía política estadounidense, y
que desarrolla políticas económicas a través de un conjunto de
estructuras asimétricas, monopolistas que facilitan el flujo de
beneficios en una sola dirección.
Todo esto esta vinculada a la necesidad que tienen los gobernantes
estadounidenses de apoderarse de una mayor parte del mercado
latinoamericano , de sus empresas y de sus recursos naturales. En
otras palabras, el ALCA garantizaría la supremacía de las empresas
estadounidenses sobre sus competidoras europeas y japonesas.
Asimismo el ALCA detendría la tendencia creciente a mayores niveles
de comercio interregional, especialmente en la experiencia del
MERCOSUR, y abriría las puertas a favorecer las exportaciones
directas a Estados Unidos por sobre el comercio, a través de
subsidiarias, en los mercados regionales. O sea que se pretende
regresar a las relaciones bilaterales asimétricas reemplazando el
comercio regional.
Un punto esencial es el relativo a que este tratado establecerá
reglas y regulaciones dictadas por los Estados Unidos al fijas las
condiciones para el comercio y la inversión por sobre y contra los
regímenes neoliberales regionales. Esto se va traducir rápidamente
en un aumento de las privatizaciones en la salud, la educación y el
fin de cualquier tipo de subsidios que pudiera existir.
Si anteriormente, en los últimos veinte años, el neoliberalismo le
ha permitido a los Estados Unidos participar en el saqueo de América
Latina, particularmente mediante la privatización de sus empresas
públicas, ahora se trata de maximizar la parte estadounidense en los
mercados y recursos latinoamericanos, y de esta forma posicionarse
favorablemente frente a la competencia de Europa y el Japón.
Es importante también señalar que el ALCA avanza en América Latina
pero con resistencias. Este tratado ha generado una oposición
generalizada que va desde los movimientos sociales y campesinos e
incluye a importantes sectores de la burguesía latinoamericana,
particularmente brasileña, que se ven claramente afectados por este
tratado.
Dentro de los principales aliados a nivel latinoamericano que s
encargan de predicar sobre las maravillas de este tratado se
encuentra el presidente mexicano Vicente Fox, quien incluso trata de
imitar al gigante del norte proponiendo su propio tratado regional
con las mismas características del ALCA, el llamado "Plan Puebla
Panamá " que es un esfuerzo por extender el sistema de maquilas a
esta región explosiva.
Un aspecto muy interesente del panorama latinoamericano es que el
régimen que fue presentado como modelo, el chileno, no se encuentra
muy entusiasmado por este tratado ya que saben perfectamente que
tienen que enfrentar el sistema de cuotas para la importación de
uvas chilenas mientras se pretende que Chile elimine los controles y
permita el libre acceso a los mercados. No obstante esto, se vieron
forzados a firmar un tratado bilateral recientemente con los Estados
Unidos.
En conclusión, este tratado es lesivo para los intereses de los
países latinoamericanos, únicamente beneficiara a una minoría de
empresas de Estados Unidos y hundirá en una crisis mayor a las ya
golpeadas economías del continente. Como iglesias latinoamericanas
tenemos la responsabilidad de incorporarnos a la resistencia contra
este nuevo "yugo de la esclavitud." Que el Dios de la justicia que
es el Dios de Jesús de Nazaret nos de la fuerza para denunciar este
acuerdo comercial que únicamente traerá más sufrimiento para
nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños.
San Salvador, 13 de julio de 2003
https://www.alainet.org/de/node/107876
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