El don de la vida

04/04/2003
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La vida es el mayor don de Dios. Sin embargo, en Brasil y en América Latina se muere antes de tiempo. Aunque la vida de la mayoría de los latinoamericanos sea considerada sin valor por quien practica y favorece la violencia, y eso vale también para gobiernos irresponsables y traficantes de drogas, la vida es, en sí, un fenómeno maravillosamente indescriptible, científicamente inexplicable y técnicamente irreproducible, a pesar de los futuros clones, pues las condiciones ambientales de un ser vivo jamás coinciden. La historia de la vida de cada uno de nosotros se inicia hace millones de años. Hasta ahora todo indica que la vida es un capricho exclusivo del sistema solar, más exactamente del planeta Tierra, a bordo del cual viajamos a una velocidad de 30 km por segundo. El Sol habría surgido hace unos 5 mil millones de años; la Tierra tendría unos 4 mil quinientos millones de años; y hace poco más de 3 mil millones habría emergido la vida desde el fondo de los mares. Del abuelo Homo Sapiens, que logró emanciparse de la familia Simios, hasta la civilización, pasaron 600 mil años de perfeccionamiento de la especie... aunque ahora tiremos misiles sobre nuestros semejantes y permitamos que fallezcan miles de gentes por hambre. Todo indica que la vida humana es la gran utopía de Gaya. Tras su irrupción, no ha aparecido ninguna otra especie más perfecta. Y si Dios descansó el séptimo día, nosotros, las creaturas, pasamos grandes trabajos, tales como hacer la historia que podemos, contar la historia que hacemos, y soñar la historia que queremos. Incluso porque, en América Latina, la vida es un producto raro y caro, y la muerte es por desgracia abundante. Cerca de 1 millón de niños, de 0 a 5 años de edad, mueren de hambre cada año en este continente. Hasta que nuestro sueño de justicia se convierta en realidad.
https://www.alainet.org/de/node/107284
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