La guerra hacia ningún lado
31/10/2001
- Opinión
"Seamos realistas, pidamos lo imposible"
mayo del 68 "El mundo no sabe dónde está su casa", dijo Luca, un niño de tres años, mientras miraba un mapa, o podría estar mirando un noticiero, así lo cuenta Eduardo Galeano. Tendríamos que preguntarnos y contestar la inquietud del niño, si realmente sabemos "dónde está nuestra casa", porque la están destruyendo por la soberbia del poder y la intolerancia. El día 11 de septiembre el mundo se sintió sacudido e indefenso por el atentado terrorista en Nueva York y Washington. Los fundamentalismos buscaron justificaciones a la violencia, unos declararon la "guerra santa", los otros afirman que ésta es, la "guerra del bien contra el mal", o "están con nosotros o están con los terroristas", es la guerra de las cruzadas que impondrán la "justicia infinita". El imperio norteamericano fue vulnerable y el miedo recorre sus calles y ciudades, muchos no entienden la agresión, ignoran la política de los sucesivos gobiernos de los EE.UU. en el mundo, las guerras y conflictos provocados en otras partes del mundo. La sorpresa y la indignación se refleja en los rostros y las actitudes de la población y el temor en los musulmanes y emigrantes de diversos países. En el atentado fueron víctimas miles de personas inocentes de 82 países. Se ha llegado a un punto de inflexión en las relaciones internacionales. Las Naciones Unidas están marginadas y postergadas para tomar resoluciones y solo atinan a apoyar las iniciativas de los EE.UU. Los medios de comunicación sufren la psicosis de la guerra, no existe otro camino, hay que actuar y responder al terrorismo con más terrorismo, poner en funcionamiento la gran maquinaria bélica y mostrar el poder que dispone la gran potencia y su aliado principal la Gran Bretaña. Han logrado imponer el "pensamiento único", la suspensión de las conciencias, lo inevitable, que el único camino es la guerra, cualquier otra alternativa simplemente no cuenta. La paz es una utopía irrealizable. Los estudiantes del mayo del 68 en Francia decían algo importante que debemos recuperar del pensamiento y la resistencia estudiantil, en el momento actual que vivimos. "Seamos realistas, pidamos lo imposible". Así lo pensamos varios Premios Nobel de la Paz y decidimos actuar frente a la situación que vive la humanidad, nos reunimos en Nueva York donde llegamos el día 7 de octubre, Mairead Corrigan Maguire, de Irlanda del Norte, Rigoberta Menchú Tum y Adolfo Pérez Esquivel, para participar junto a los movimientos de Paz, organizaciones sociales, veteranos de guerra de Vietnam y comunidades religiosas a nivel ecuménico, de la marcha organizada para evitar la guerra, durante la misma anuncian que EE.UU. y Gran Bretaña comenzaron los bombardeos sobre Afganistán, país protector de los supuestos terroristas, hasta el momento, EE.UU. no ha mostrado pruebas que Bin Laden fuera el autor de los atentados. Anuncian que los EE.UU. bombardean y tiran alimentos juntos sobre Kabul. Es la gran hipocresía de toda guerra. La FAO anuncia que ese día, 11 de septiembre murieron en el mundo 35.615 niños de hambre. Ningún gobierno, ni la ONU, UNICEF, ni medios de prensa, TV, se conmovieron ni protestaron o publicaron. "La bomba silenciosa del hambre", es silenciosa en las conciencias suspendidas del pensamiento único. Los 500 mil niños muertos en Irak por el bloqueo de EE.UU. y Gran Bretaña, no son noticia, no se registran en las conciencias. Los Premios Nobel de la Paz se entrevistaron con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, los presidentes del Consejo de Seguridad y el presidente de la Asamblea General de la ONU, los últimos hacen referencia al art. 51 de los Estatutos de la ONU, que señala si un país es atacado por otro, tiene derecho a réplica. Situación que no se da en los hechos. Ningún tipo de terrorismo es justificable, provenga de quien provenga. A través del tiempo la ONU ha evolucionado y se ha dado códigos de conducta entre las naciones, como son los pactos, protocolos, convenciones, declaraciones, ha constituido el Tribunal Penal Internacional, que los EE.UU. se niega a ratificar y hasta la fecha no es posible poner en vigencia hasta tanto lo ratifiquen el número necesario de países. Se ha señalado al Secretario General Kofi Annan la necesidad de combatir el terrorismo y fundamentalmente cambiar las políticas internacionales de desigualdad e injusticias imperantes generadoras de la violencia social y estructural. Más de 54 conflictos y guerras afectan a toda la humanidad, es necesario cambios y soluciones profundas en Medio Oriente, la relación entre el derecho que asiste por igual a Israelitas y Palestinos. El levantamiento del bloqueo a Irak y Cuba, como al Plan Colombia que puede derivar en otro conflicto regional en América Latina. Lograr nueva relaciones internacionales. La Asamblea General de la ONU debe ser el órgano de decisiones y no el Consejo de Seguridad, una estructura nada democrática y sujeta a los países más poderosos quienes de acuerdo a sus intereses imponen el veto en las resoluciones y conflictos que los afectan. Es necesario que la ONU asuma su rol más claro y definitorio en los problemas internacionales, como constituir un ámbito de análisis y resolución de los conflictos que hoy vive la humanidad y preservar la Paz, como el derecho fundamental de los pueblos. Para lograrlo es necesario desarrollar y potenciar el "pensamiento propio" en bien de todos y superar los mecanismos de dominación y exclusión social, como la deuda externa que agobia y somete a los países más pobres, generadora, entre otras causas de la "bomba silenciosa del hambre". Sabemos cómo comienzan todas las guerras, en su fuga hacia delante o hacia ningún lado, nadie sabe cómo terminan, pero si sabemos las consecuencias que genera, la destrucción y la muerte, las pérdidas de miles de vidas, la sangre, el dolor lo ponen los pueblos, las víctimas directas e indirectas perduran durante generaciones con traumas sicológicos y condiciones límites de vida. En la Argentina, como en otros países, muchos sectores están movilizados en defensa de la vida y decir no a la guerra, sí a la Paz. El día 26 de octubre se ha convocado a todo el país a movilizarse en las marchas y concentraciones para hacer oír los "Tambores de la Paz", junto a 16 países. La pregunta del niño está presente. Sabemos dónde está nuestra casa? El mundo, nosotros tenemos que encontrarla y saber compartirla con toda la humanidad. Seamos realistas, pidamos lo imposible. * Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nobel de la Paz
mayo del 68 "El mundo no sabe dónde está su casa", dijo Luca, un niño de tres años, mientras miraba un mapa, o podría estar mirando un noticiero, así lo cuenta Eduardo Galeano. Tendríamos que preguntarnos y contestar la inquietud del niño, si realmente sabemos "dónde está nuestra casa", porque la están destruyendo por la soberbia del poder y la intolerancia. El día 11 de septiembre el mundo se sintió sacudido e indefenso por el atentado terrorista en Nueva York y Washington. Los fundamentalismos buscaron justificaciones a la violencia, unos declararon la "guerra santa", los otros afirman que ésta es, la "guerra del bien contra el mal", o "están con nosotros o están con los terroristas", es la guerra de las cruzadas que impondrán la "justicia infinita". El imperio norteamericano fue vulnerable y el miedo recorre sus calles y ciudades, muchos no entienden la agresión, ignoran la política de los sucesivos gobiernos de los EE.UU. en el mundo, las guerras y conflictos provocados en otras partes del mundo. La sorpresa y la indignación se refleja en los rostros y las actitudes de la población y el temor en los musulmanes y emigrantes de diversos países. En el atentado fueron víctimas miles de personas inocentes de 82 países. Se ha llegado a un punto de inflexión en las relaciones internacionales. Las Naciones Unidas están marginadas y postergadas para tomar resoluciones y solo atinan a apoyar las iniciativas de los EE.UU. Los medios de comunicación sufren la psicosis de la guerra, no existe otro camino, hay que actuar y responder al terrorismo con más terrorismo, poner en funcionamiento la gran maquinaria bélica y mostrar el poder que dispone la gran potencia y su aliado principal la Gran Bretaña. Han logrado imponer el "pensamiento único", la suspensión de las conciencias, lo inevitable, que el único camino es la guerra, cualquier otra alternativa simplemente no cuenta. La paz es una utopía irrealizable. Los estudiantes del mayo del 68 en Francia decían algo importante que debemos recuperar del pensamiento y la resistencia estudiantil, en el momento actual que vivimos. "Seamos realistas, pidamos lo imposible". Así lo pensamos varios Premios Nobel de la Paz y decidimos actuar frente a la situación que vive la humanidad, nos reunimos en Nueva York donde llegamos el día 7 de octubre, Mairead Corrigan Maguire, de Irlanda del Norte, Rigoberta Menchú Tum y Adolfo Pérez Esquivel, para participar junto a los movimientos de Paz, organizaciones sociales, veteranos de guerra de Vietnam y comunidades religiosas a nivel ecuménico, de la marcha organizada para evitar la guerra, durante la misma anuncian que EE.UU. y Gran Bretaña comenzaron los bombardeos sobre Afganistán, país protector de los supuestos terroristas, hasta el momento, EE.UU. no ha mostrado pruebas que Bin Laden fuera el autor de los atentados. Anuncian que los EE.UU. bombardean y tiran alimentos juntos sobre Kabul. Es la gran hipocresía de toda guerra. La FAO anuncia que ese día, 11 de septiembre murieron en el mundo 35.615 niños de hambre. Ningún gobierno, ni la ONU, UNICEF, ni medios de prensa, TV, se conmovieron ni protestaron o publicaron. "La bomba silenciosa del hambre", es silenciosa en las conciencias suspendidas del pensamiento único. Los 500 mil niños muertos en Irak por el bloqueo de EE.UU. y Gran Bretaña, no son noticia, no se registran en las conciencias. Los Premios Nobel de la Paz se entrevistaron con el Secretario General de la ONU, Kofi Annan, los presidentes del Consejo de Seguridad y el presidente de la Asamblea General de la ONU, los últimos hacen referencia al art. 51 de los Estatutos de la ONU, que señala si un país es atacado por otro, tiene derecho a réplica. Situación que no se da en los hechos. Ningún tipo de terrorismo es justificable, provenga de quien provenga. A través del tiempo la ONU ha evolucionado y se ha dado códigos de conducta entre las naciones, como son los pactos, protocolos, convenciones, declaraciones, ha constituido el Tribunal Penal Internacional, que los EE.UU. se niega a ratificar y hasta la fecha no es posible poner en vigencia hasta tanto lo ratifiquen el número necesario de países. Se ha señalado al Secretario General Kofi Annan la necesidad de combatir el terrorismo y fundamentalmente cambiar las políticas internacionales de desigualdad e injusticias imperantes generadoras de la violencia social y estructural. Más de 54 conflictos y guerras afectan a toda la humanidad, es necesario cambios y soluciones profundas en Medio Oriente, la relación entre el derecho que asiste por igual a Israelitas y Palestinos. El levantamiento del bloqueo a Irak y Cuba, como al Plan Colombia que puede derivar en otro conflicto regional en América Latina. Lograr nueva relaciones internacionales. La Asamblea General de la ONU debe ser el órgano de decisiones y no el Consejo de Seguridad, una estructura nada democrática y sujeta a los países más poderosos quienes de acuerdo a sus intereses imponen el veto en las resoluciones y conflictos que los afectan. Es necesario que la ONU asuma su rol más claro y definitorio en los problemas internacionales, como constituir un ámbito de análisis y resolución de los conflictos que hoy vive la humanidad y preservar la Paz, como el derecho fundamental de los pueblos. Para lograrlo es necesario desarrollar y potenciar el "pensamiento propio" en bien de todos y superar los mecanismos de dominación y exclusión social, como la deuda externa que agobia y somete a los países más pobres, generadora, entre otras causas de la "bomba silenciosa del hambre". Sabemos cómo comienzan todas las guerras, en su fuga hacia delante o hacia ningún lado, nadie sabe cómo terminan, pero si sabemos las consecuencias que genera, la destrucción y la muerte, las pérdidas de miles de vidas, la sangre, el dolor lo ponen los pueblos, las víctimas directas e indirectas perduran durante generaciones con traumas sicológicos y condiciones límites de vida. En la Argentina, como en otros países, muchos sectores están movilizados en defensa de la vida y decir no a la guerra, sí a la Paz. El día 26 de octubre se ha convocado a todo el país a movilizarse en las marchas y concentraciones para hacer oír los "Tambores de la Paz", junto a 16 países. La pregunta del niño está presente. Sabemos dónde está nuestra casa? El mundo, nosotros tenemos que encontrarla y saber compartirla con toda la humanidad. Seamos realistas, pidamos lo imposible. * Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nobel de la Paz
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