Porto Alegre, la capital gaucha brasileña, fue nuevamente escenario de la confluencia de un abanico de expresiones de resistencia a la globalización neoliberal, con ocasión de la segunda edición del Foro Social Mundial realizada del 31 enero al 5 febrero. En esta cita estuvieron presentes alrededor de 50 mil participantes, de 131 países, que se repartieron en alrededor de 800 conferencias, testimonios, seminarios y talleres donde se abordó una variedad de temáticas, bajo la perspectiva de que "otro mundo es posible". El Foro Social Mundial se estableció hace un año como contrapunto al Foro Económico Mundial que desde 1971 ha venido congregando en Davos (Suiza) -si bien ahora lo hizo en New York- a la elíte del pensamiento neoliberal. La convocatoria y, sobretodo, la legitimidad alcanzadas por el primero han conducido a que se torne imposible ignorarlo cuando se habla del segundo cuya continuidad incluso parece haber quedado en suspenso. El hecho es que el Foro de Porto Alegre ha logrado abrir una brecha en la lógica del "pensamiento único", que en adelante puede actuar por su propia cuenta y a un ritmo acorde al proceso que aspira propiciar. "Proceso" es la palabra clave que el FSM busca descifrar, para no quedarse en un mero evento que hoy puede ser espectacular pero sin perspectivas de futuro. Todo parece indicar que la segunda cita en Porto Alegre se quedó en el medio, con un contingente de participantes ávidos de sacar provecho de la visilidad alcanzada por este espacio, con otros que no desaprovecharon la ocasión para articular alianzas y agendas comunes, y con aquellos que terminaron confundidos y divididos en cuanto a seleccionar a dónde mismo ir, siendo que simultáneamente se les ofrecía albur a sus particulares apetitos. El Foro Social Mundial, indudablemente, es un fenómeno inédito que convoca a pensar y articular fuerzas en proyectos de futuro a partir de la diversidad, sin escolástica de ningún tipo de por medio. Mas esto no quiere decir que este criterio haya sido compartido por el conjunto, pues no han faltado las voces críticas que consideran no haber encontrado pronunciamientos contundentes en la línea de sus particulares puntos de vista, o bien que no se les ha facilitado la "visibilidad" esperada, y así por el estilo. Pero, sin ser unánime, fue el sentido prevaleciente que la asamblea de movimientos sociales lo expresó de la mejor manera al señalar: "La diversidad es nuestra fuerza y su expresión es la base de nuestra unidad". Como estaba previsto, el Foro no emitió un documento final. Pero elló no quiere decir que la cita no tuvo resultados, sino que éstos se dieron en términos específicos, en el intercambio de información y definición de prioridades, en la articulación de alianzas, en acuerdos para impulsar campañas y acciones de lucha, en suma, convergencias en sentido de procesos. Y es así como nuestro continente encontró en este Foro el espacio para consolidar un punto de agenda común: la lucha contra el ALCA (Área de Libre Comercio para las Américas). Campaña contra el ALCA En la tarde del 4 de febrero, tras una marcha en la que participaron unas 50 mil personas, fue lanzada formalmente la "compaña continental contra el ALCA" que entre sus propósitos incluye la realización de consultas y plebiscitos populares. Nuestra lucha contra el ALCA responde a que éste "más que un acuerdo comercial, es una estrategia del gobierno norteamericano para entregar nuestro territorio, nuestra moneda, nuestra riqueza, nuestras hidroeléctricas, nuestra agua, nuestra agricultura, a las empresas norteamericanas. No es juego a lo que nos enfrentamos, pues está la posibilidad de una guerra porque los Estados Unidos para salir de su crisis está bombardeando en el mundo... Aquí en América Latina la guerra que quiere hacer no es con aviones sino con las multinacionales. Por eso que América Latina está en una verdadera situación de guerra", precisó Joao Pedro Stédile, del Movimiento Sin Tierra, en su intervención a nombre de la coordinación brasileña. Previamente, el segundo Foro Parlamentario Mundial -uno de los eventos paralelos que culminó el sabado 2 de febrero- en sus resoluciones finales había incluido una crítica al ALCA, calificándola como una "amenaza" a la soberanía de los países del continente. El FSM, recordó Noam Chomsky, ya ha logrado marcar puntos en esta contienda. "Los que detentan el poder ilegítimo consideraban que podían lograr que el Alca pase en secreto, pero tuvieron que recular. Esa fue la primera gran realización del FSM del año pasado", expresó. Hacia adelante, la dinámica del FSM incluirá la realización de foros regionales y continentales -en las Américas, el primer Foro Social Continental se llevará a cabo en Quito (Ecuador) a finales de octubre-. Esta decisión adoptada por el Consejo Internacional -instancia que tomó el relevo de la coordinación brasileña que propició el Foro de Porto Alegre- no solo apunta a desconcentrar el evento para facilitar la participación de quienes no están en condiciones de sufragar los costos que implican ir al encuentro mundial, sino -y sobre todo- a poner el énfasis en la perspectiva de proceso que implica la articulación de luchas concretas en la geografía del mundo. En efecto, cuando circuló la primera convocatoria al FSM la cuestión era conformar "capítulos nacionales" para ir a Porto Alegre, al evento; hoy de lo que se trata es que tales "capítulos" se conformen y articulen en torno a agendas de lucha específicas tanto regional como sectorialmente... y quien sabe que por ahí se abra la posibilidad de efectivamente articular una agenda colectiva global. Para que el FSM no se reduzca a una serie de eventos, importa que asuma con fuerza su postulado de ser, entre otros factores, un espacio que propicia un movimiento de ideas y pensamiento crítico al neoliberalismo. Esto es, que se convierta realmente en un espacio permanente de debates. ?Cómo hacerlo? Es un tema serio. El recurso al Internet, con ser importante, demostró que al menos en el formato adoptado oficial y oficiacionamente se quedó corto -una hiper centralización, siendo que es un sistema propicio a la descentralización, lo cual entre otros aspectos se tradujo en un supercongestionamiento, por decir algo-. Es más, tácitamente se terminó por dejar fuera de juego a los "info-excluidos".