Varios miles de trabajadores protagonizaron el 6 de julio una masiva movilización que tuvo como destino a la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en el marco de la Jornada Nacional de Lucha convocada por la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA). La columna central de la marcha partió del centro de la ciudad de Avellaneda a las 11, y a lo largo del trayecto hacia La Plata se fueron sumando delegaciones provenientes de las localidades del Gran Buenos Aires. Las columnas confluyeron finalmente frente a la Casa de Gobierno provincial, lugar en el que se desarrolló el acto principal con la participación de los secretarios generales de las regionales de la CTA, quienes resaltaron el carácter social de la protesta, expusieron los conflictos sectoriales y manifestaron su abierto rechazo al modelo político, social, económico y cultural que se ha impuesto en la Argentina. La Jornada de Lucha convocada por la CTA, por otra parte, tuvo un alto acatamiento en todo el país, con una adhesión masiva a las distintas modalidades de protesta en las principales ciudades de cada provincia. Cambiar el modelo El secretario general de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor De Gennaro, resaltó el alto acatamiento que tuvo la Jornada Nacional de Lucha con paros y cortes de caminos y subrayó que el objetivo de la central no es echar a la persona que está en la Casa Rosada sino "cambiar el modelo económico, político, social y cultural de la Argentina que victimiza a los trabajadores". En su intervención De Gennaro recordó que en la Argentina hay dos millones de desocupados y más de 7,5 millones de trabajadores precarizados". "Es un cachetazo doloroso que todos los días mueran 100 chicos menores de cinco años por causas evitables y por mala alimentación, en un país productor y exportador de alimentos", lamentó De Gennaro al cierre de la jornada, en la que también se conmemoraron los cinco años de la "Marcha Federal", que con miles de participantes confluyó en 1995 en la Plaza de Mayo. Adjudicó la causa de la mortalidad infantil, el desempleo y la precarización laboral a "la sumisión del Gobierno a los poderes de los Grupos Económicos" y no a los intereses y necesidades de la sociedad argentina. Tras resaltar que más de un 30 por ciento de los que aún tenemos un empleo debemos trabajar más de diez horas, subrayó que con sólo el 1 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) se podría pagar un seguro de desempleo de 500 pesos a 720 mil jefes de familia que hoy están en la calle, pero explicó que si ello se lleva a cabo las empresas no podrían seguir pagando salarios de 200, 300 y 400 pesos como hacen actualmente. "Esto no se hace porque sobre la miseria de los trabajadores se asienta la rentabilidad de los Grupos Económicos, que ganan 533 dólares por minuto en la Argentina" destacó De Gennaro para exaltar luego que "la CTA pelea y seguirá peleando para que se reparta la riqueza que generamos los trabajadores". Al resaltar el carácter pluralista e independiente de la CTA señaló que "el enemigo no es el compañero que está enfrente -con el que podemos disentir- sino que el enemigo está entre los que están robando el país y el futuro", y subrayó que "la única unidad que aceptamos no es la que determinan cuatro tipos en una pieza, sino la que se logra en la calle con la movilización de los trabajadores". La mención hacía referencia a que las políticas de la CTA fueron decididas por más de 8 mil delegados que concurrieron al II Congreso de Mar del Plata, mientras que un puñado de dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) negocia a puertas cerradas cómo posicionarse frente al Gobierno que surja de las elecciones generales de octubre próximo. De Gennaro rechazó finalmente el carácter de "espontáneas" con el que el poder y los medios de comunicación intentaron definir a las luchas que la CTA viene llevando adelante en todo el país, y sentenció que "son el producto de la esperanza, el sacrificio y la organización que están detrás de cada movilización que efectúan los trabajadores en defensa de sus derechos".