Con Chávez en horas de vigilia

13/12/2012
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Que Hugo Chávez es el único socialista que ha puesto a orar a la gente alrededor del mundo dice mi hermana, constatando uno más de los hechos singulares que él ha sido capaz de generar en su búsqueda de caminos para la transformación de su Venezuela Bolivariana, de la Patria Grande y del mundo.
 
Las reuniones que se han desplegado en miles de lugares del globo, juntando a millones de gentes que llevaban el corazón en la mano, han sido escenarios para sumar buenas energías, afectos y esperanzas que rodeen al compañero enfermo, para un compartir de sentimientos que no había sido común en los ambientes políticos y de izquierda.
 
En Quito, la traducción de esa sensibilidad colectiva en palabras tuvo variados formatos. Desde las convencionales frases de tono cristiano o en general religioso, que hablan de pedir a Dios, hasta las expresiones de corte marcial que casi le daban la orden de salir airoso de esta nueva batalla. Desde el reconocimiento de lo que hasta ahora aportó, de su papel de “luz” en el proceso colectivo, hasta el reclamo, un poco desconcertado, de su presencia para seguir. En medio, reflexiones sobre la nueva valoración de la vida desde la perspectiva del Buen Vivir, sobre la fuerza de la solidaridad, sobre los afectos.
 
Fuera de Venezuela -donde ya no sorprende que la frase “amor con amor se paga” se haya vuelto consigna del Presidente- esta conjunción entre política de izquierda, espiritualidad y sentimientos resulta aún novedosa. No es que haya sido ajena a la búsqueda de culturas alternativas, especialmente de corte anticapitalista, sino que nunca llegó a proyectarse a semejante escala, a sumar todo lo que suma. El Presidente encargado Nicolás Maduro confirma el sentido de  este nuevo momento al decir “Queridos hermanos indios: sabemos que todas las fuerzas espirituales están activadas, así las sentimos y las debemos mantener activadas, en vigilia permanente, nosotros hacemos un llamado amoroso a todo nuestro pueblo y a los pueblos hermanos y amigos del mundo, a los líderes para que mantengamos una oración sincera, un sentimiento sincero” (discurso del 11 de diciembre de 2012).
 
Todo esto refleja cómo diversas vertientes de pensamiento y práctica alternativa se han ido articulando, en el camino o sobre la marcha, en el proyecto de Revolución Bolivariana. Entre las singularidades del presidente Chávez está la de asumirse feminista, refiriéndose cada vez con más convicción y argumentos al socialismo feminista, lo que muestra cómo ha incorporado aportes que llevan a una visión más integral no solo de la política sino de la vida misma.
 
Ha sido inherente al pensamiento feminista reconocer dimensión política de los afectos, no solo para identificarlos y denunciarlos como parte de los engranajes perversos del poder de tinte patriarcal en el ámbito de lo privado o de lo íntimo, sino para reconocerlos como elemento clave en el cuidado de la vida, para cultivarlos en sentido colectivo como motor de las transformaciones.
 
 Una relación afectiva o afectuosa en política supone el paso de la adhesión o el apoyo unidireccional a la reciprocidad, a dinámicas de ida y vuelta, a estar juntos o compartir desafíos y objetivos, compromisos. Es desde ese nuevo filón movilizador que la gente se ha expresado en estos días. Chávez, en sus horas de dolor, recibe esa expresión y devolución de afecto, en un ambiente de espiritualidad que rebasa toda connotación o contención religiosa, que refleja y construye -al mismo tiempo- el sentido solidario, colectivo y diverso que alienta los procesos de cambio en nuestra América.
 
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