Los retos actuales de la seguridad alimentaria
10/12/2012
- Opinión
Tal vez la mejor forma de definir la seguridad alimentaria desde una perspectiva nacional sea la de un equilibrio satisfactorio entre la demanda y la oferta de alimentos a precios razonables. Esta definición tiene por finalidad indicar una situación en que no se han producido mayores trastornos de los mercados alimentarios, se dispone de alimentos suficientes y la mayoría de la población tiene acceso a tales alimentos (2). Debemos añadir también que este acceso a alimentos inocuos y nutricionalmente adecuados, para cada una de las personas según ciclo de vida y actividad física, deberá satisfacer sus necesidades nutricionales de tal forma que les garantice a esas personas una vida sana y activa.
Principales retos para la seguridad alimentaria mundial y nacional
Según la FAO, en 2050, la población mundial será de 9,100 millones de personas, un aumento del 34% respecto a la actual población. Casi la totalidad de este incremento tendrá lugar en los países en desarrollo. En nuestro país, en ese año tendremos una población aproximada de 42 millones 811 mil habitantes (4).
«El 70 % de la población mundial será urbana, en comparación con el 49 % actual. El nivel de ingresos será varias veces superior al actual». En el Perú, el 70% de la población es urbana y probablemente este porcentaje crecerá en los próximos años. La urbanización traerá como consecuencia el abandono de las zonas rurales productoras de alimentos, cambios en los patrones de consumo y una mayor afectación de los precios internacionales sobre la seguridad alimentaria de la población.
¿Cómo atender esta futura demanda de alimentos?
El aumento necesario de la producción nacional para satisfacer la demanda creciente de alimentos deberá proceder, según la FAO, de un mayor incremento e intensidad del cultivo, y se estima que en los países en vías de desarrollo podría también proceder de la expansión de tierras cultivables.
Sin embargo, esta posible expansión de tierras cultivables presenta dos restricciones: medidas de política nacional que promueven la concentración de la propiedad de la tierra, y uso de tierras para la producción de biocombustibles. Al respecto, el Perú no cuenta con una política para la seguridad alimentaria actual y futura. No es posible pensar que importando alimentos garantizaremos la disponibilidad necesaria para satisfacer la demanda interna, ya que un país importador neto de alimentos es altamente vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales, lo que tiene efectos adversos en la capacidad de compra de las familias; sobre todo, de aquellas en situación de pobreza.
La crisis internacional de alimentos
Particularmente importante para la seguridad alimentaria nacional e internacional es la reciente crisis financiera ocurrida entre los años 2007-2008, que ha afectado los precios de los llamados productos «commodities», que fluctúan en función de la oferta y la demanda del mercado internacional. La crisis mundial de alimentos se manifiesta a través de una creciente alza de precios de los principales productos de mayor consumo mundial: trigo, maíz, arroz y soja. El mayor precio de los alimentos es un tema de primera atención en la comunidad internacional.
No habrá más alimentos baratos. Según la FAO, la tendencia en el alza de los precios de los alimentos se mantendrá en el futuro, lo que supone establecer a nivel nacional medidas de política para enfrentar un probable incremento de personas en situación de hambre.
Una efectiva y eficiente respuesta a la volatilidad de precios y a las crisis alimentarias, que muy probablemente seguirán repitiéndose, debe considerar una estrategia de largo plazo que disminuya el grado de vulnerabilidad de los consumidores respecto al alza de precios de los alimentos, y de los productores en cuanto a caídas súbitas de precios agrícolas. Una medida posible es el fomento de la producción y consumo de alimentos sustitutos, así como el aprovechamiento de la diversidad alimentaria regional, articulando la producción con el consumo a través de una canasta alimentaria.
Precios de los alimentos y sus efectos en la economía familiar de los peruanos
En el Perú, el gasto en alimentos representa una proporción importante del presupuesto de las familias. Sin embargo, el peso de este rubro sobre el gasto total del hogar difiere entre las principales ciudades, teniendo su valor máximo en Huancavelica (50.74%) y la ponderación más baja en Lima Metropolitana (37.82%). Cabe resaltar que son los departamentos de la región sierra y selva los que destinan mayor porcentaje del presupuesto familiar a cubrir sus gastos en alimentos: además de Huancavelica, observamos este comportamiento en Madre de Dios, Pasco, Ayacucho, Amazonas, Loreto y Áncash (5).
A escala nacional, siete productos representan el 36% del gasto total en alimentos. Teniendo en cuenta el peso en kilogramos (kg) o el volumen de litros que cada persona consume mensualmente, los productos son: pan (con insumos importados), arroz, leche, papa, azúcar, carne de pollo (con insumos importados) y fideos (con insumos importados)6. La dependencia es más marcada en dos cereales claves: el trigo, del cual importamos el 91% del total disponible, con un consumo de 52 kg por persona/año; y el maíz, del que importamos el 54%7, con un consumo de 19 kg por persona/año.
La desnutrición crónica infantil, sobrepeso y obesidad
La desnutrición crónica afectó en 2011 al 19.55% de niños menores de 5 años, cifra bastante más baja que la registrada en 2000, cuando fue del 31%. Según área de residencia, la desnutrición crónica incidió en mayor proporción en niños del área rural (37%), es decir, 26.9 puntos porcentuales más que en el área urbana (10.1%)8. Cabe señalar que los últimos gobiernos utilizan el patrón NCHS para medir la desnutrición crónica y no el patrón de la Organización Mundial de la Salud, que incrementaría unos cinco puntos porcentuales más la población infantil desnutrida. La prevalencia de la anemia en niños de entre 6 y 59 meses, para el año 2010, es de 37.7%. A nivel regional, la prevalencia de anemia es masiva: asciende al 64.8 % del total de niños en Puno, al 50.8% en Cajamarca, al 53.1% en Ucayali y al 51.1% en Huánuco.
Nuestro país no ha podido erradicar la desnutrición infantil ni disminuir significativamente la pobreza rural. El desarrollo es aún desigual y expresa brechas entre los quintiles poblacionales de ingresos, que es necesario revertir mediante políticas económicas y sociales. Se necesita mejorar la competitividad en la producción de alimentos de los productores agropecuarios y de pesca artesanal, y la calidad del empleo e ingresos para el conjunto de la población; sobre todo, el empleo rural y agrícola. Además, se debe invertir en la mejora de los servicios básicos, en la promoción de estilos de vida saludable y en la protección de grupos de población vulnerables, pero también en una progresiva transición de programas de corte asistencial hacia el desarrollo de capacidades y mejora de los activos de los más pobres rurales. Es decir, se debe fomentar la pequeña agricultura y la agricultura familiar como estrategia nacional de nuestra seguridad alimentaria.
Notas
2 FAO. Implicaciones de las Políticas Económicas en la Seguridad Alimentaria.
3 Modelo conceptual adaptado de Eduardo Zegarra y FAO.
4 Perú: Estimaciones y proyecciones de la población 1950-2050. INEI (hipótesis media).
5 Fuente: INEI, MEF y Minag: Alza de precios de los alimentos. Informe para el V Encuentro de la IALCSH, 2011.
6 (sic).
7 Panorama de la Seguridad Alimentaria 2012. Oficina Regional de la FAO.
8 Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2011. INEI.
Ana María Acevedo
Ex consultora FAO en asuntos de seguridad alimentaria.
Fuente: La Revista Agraria
https://www.alainet.org/es/articulo/163225
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